31. Es una brújula mágica.

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Ya era de noche, Jack y Elizabeth hablaban con James en el plan. El maestre Benzon estaba en el timón. Yo caminé con el señor Gibbs hasta la proa del barco.
-Disculpe mi atrevimiento, señorita pero estoy muy preocupado por mi hijo.
-Lo sé, señor Gibbs, también lo estoy.
-Debo decirle esto, aunque no me corresponde a mi.
-Por favor, señor Gibbs, me está asustando.
-Isaac, él... él subió al Venganza para salvarla.
-¿Salvarme? ¿Cómo?
-El rubí funciona como una llave para entrar al Crimson. Nadie puede entrar allí sin un rubí extraído del mismo lugar.
-Pero... ¿Cómo es que dice que Isaac me salvará estando en el Venganza?
-Bueeeeno... La verdad es que eso fue lo que él pensó, quizá sólo va a confundir a Barbossa y ganar tiempo para que nosotros lo encontremos.
-Señor Gibbs. ¿Este rubí...?
-Era de la madre de Jack. Un obsequio de su esposo, el guardián del código pirata, Edward Teague.
-Juliette Teague. -Era Jack detrás de nosotros. 
Di media vuelta, estaba muy confundida. 
-¿Juliette? -Le dije.
-Sí, linda. Tu abuela. Lucille sabía que ese rubí era mi madre, yo le conté toda la historia y te llamó como ella.
-¿Cómo es qué...? ¿se lo robo a su propia madre?
-Cuando salí de casa muy joven, tuve que pedir algunas monedas y joyas "prestadas".
-No puedo creerlo. -Le exclamé indignada.
-Supe su valor y estuve a punto de cambiarlo por ron pero recordé una leyenda de una isla que resguardaba un tesoro de rubíes.
-El Crimson Deep. -Susurré.
-Se lo obsequié a tu madre. Pensé que ella lo guardaría mejor que yo, ya que, yo había desistido de buscar el tesoro. Le conté la leyenda y al parecer ella siguió en la búsqueda. -Exclamó Jack.
-El único mapa que se suponía que existía había sido del Rey Carlos V de Francia que murió sin poder conseguir uno de los rubíes. -Agregó Gibbs.
-Tu madre lo consiguió, no sé como pero lo hizo. Y me esperó para darmelo y yo nunca llegué.
-¿Por qué se dice que el rubí es una llave? -Les pregunté.
-Hace mucho tiempo los habitantes de la isla pusieron un hechizo, todos tenían un rubí para entrar en las profundidades de Crimson, su tesoro era un lugar sagrado, se dice que el color carmesí de las rocas se dio por los sacrificios que allí se hacían en honor a su dios. -Era Gibbs.
-Quienes quisieran robarlos nunca encontrarían la cueva, ya que, el rubí abría una cortina de rocas que descubriría su tesoro. -Jack dijo al final.

Los miré sería. Jack sonreía y Gibbs tenía un rostro de espanto.

-De verdad ¿creen que voy a seguir creyendo sus historias? Son sólo leyendas. 
-Juls... Yo tampoco creía en esas historias hasta que vi el barco de mi padre emerger del mar. -Era James.
-Tu también, James. ¿Qué esperan que haga? ¿Qué haga un sacrificio en el barco para que los espíritus nos guíen a Isaac? O bueno al Crimson Deep.
-Necesito que creas en éstas historias. -Jack sacó su brújula luego tomó mi mano. -O al menos en ésta.
-¿Qué haré con esto? -Le dije. -¿Quieres que cumpla un turno? -Le dije con más sarcasmo.
-Es una brújula mágica. -Exclamó Jack.
-Es única. -Agregó Elizabeth levantando una ceja.
-Usted también señora Turner.
¿Saben qué? es mucho por hoy, no quiero escuchar más sus mentiras. Miré la brújula y se la dí a Jack. James me siguió hasta la puerta del camarote. 
-Juls, espera.
-Por favor, no insista joven Turner.
-No, yo sólo... es que tengo mi turno en la madrugada,  si quiere acompañarme. -Había hablado en voz tenue.
-¿Qué?
-Sé que es mucho mi atrevimiento pero de verdad el tiempo transcurre con más rapidez cuando estoy con usted.
-Bien, yo... -Me quedé pensativa. -Buenas noches, James.

Entré al camarote y me apoyé en la puerta. Mi cabeza iba a estallar. ¿Sería cierto todo eso? La verdad no me sentía muy segura, Elizabeth y Gibbs eran muy amigos de Jack pero ¿mentirían tanto por él? La duda me estaba matando.

Dormí temprano, la señora Turner había entrado tarde al camarote. Seguro no habían dejado de hablar de mi. Dormí profundamente esperando un hermoso sueño que no involucrara a Isaac ni a ninguno de ellos. Ya era suficiente con tener que escuchar y verlos durante el día. Pensé que sería hermoso soñar con mi madre. Desperté poco tiempo después, la brisa del mar se colaba por una hendidura y me estaba congelando. Me puse en pie y me abrigué con la bata luego salí del camarote pero ¿Qué estaba haciendo?

La hija de Jack SparrowWhere stories live. Discover now