17. Jack quiere mi rubí.

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Al salir de la habitación me encontré con James.
-¿Se le ofrecía algo más, señorita? ¿Necesitaba más agua caliente?
-Oh no, se lo agradezco, todo está perfecto.
-Bien, la cena será servida en unos minutos.
-Muero de hambre.
-Sí, igual yo. ¿Me haría el honor de acompañarme?
El chico me ofreció su brazo y lo vi sonreír. Yo acepté y caminé con él por el pasillo.
-Luce magnífica, si me permite que le diga.
-Gracias, James. Usted también luce espléndido.
Bajé las escaleras con él y divisé a Jack junto a Gibbs, hablaban con la señora Turner. Estaba preocupada por el joven Gibbs pero no quise preguntar a James.
Había un banquete esperando en el comedor, moría de hambre, no me importaba quien estuviera en la mesa mientras pudiera probar las delicias que podía oler desde el salón principal.
-Te quedó perfecto mi vestido. Luces muy linda.
-Gracias, señora Turner.
-Bien, pasemos al comedor. -Era James.
-Espero que haya ron. -Exclamó Jack.
Entré y vi aquello tan apetitoso. Me senté junto la señora Elizabeth y frente a James, Jack estaba al otro extremo con Gibbs pero faltaba el joven Gibbs.
-Gibbs ¿Donde está su hijo?
-No lo sé, señora. Iré a buscarlo.
-No es necesario. -Isaac entró al comedor, había peinado su cabello hacia atrás, usaba una camisa blanca de manta y pantalón negro, se veía muy fresco.
Mi corazón estaba palpitando fuertemente , sentí un calor en mi rostro, bajé mi cabeza y traté de concentrarme. ¿Que me estaba pasando?

Cuando pensé en que no me importaba quién estuviera en la mesa me refería a Jack. Ahora moría de pena llevarme un bocado a la boca con el joven Gibbs frente a mi.
-¿Pasa algo, Juls?
-Oh, no señora Turner. Todo está bien.
Al final todos terminaron, yo aún estaba apenada pero había comido un poco. Jack y Gibbs se retiraron junto a la señora Turner. Fueron a hablar al estudio.
-¿Toca usted el piano, Juls? -James me había preguntado, lo miré a él y luego al joven Gibbs, sabía sí, un poco pero no quería tocar.
-No muy bien, la verdad me gusta más la lectura.
-¿Y usted, joven Gibbs?
-Yo no, nunca he tocado un piano, también prefiero la lectura.
-Entiendo. ¿Me acompaña al salón, Juls?
Miré al joven Gibbs y luego a James. Asentí y luego me ofreció el brazo.
-Con su permiso, yo iré a dormir. -Exclamó Isaac.
-Tan rápido joven Gibbs.
-Sí, me siento muy cansado por lo de hoy. Ya sabe, no estoy acostumbrado.
-Bien, que descanse.
-Buenas noches, joven Gibbs.
Después de escuchar dos melodías tocadas por James en el piano. Me sentí un poco aburrida. Quería saber que hablaban tanto Jack, Gibbs y la señora Turner.
-Maravilloso.Toca muy bien el piano, James.
-Gracias.
-¿Sabe? Quiero que me disculpe pero es que yo me siento cansada también. ¿Le molesta si me retiro?
-No, claro que no. La acompaño a su habitación.
-Gracias.
Luego de caminar por el pasillo y estar frente a la puerta, me despedí de James. Había sido todo un caballero. Esperé a que se fuera y luego salí sin que se diera cuenta, bajé las escaleras y busqué la puerta del estudio. Quería saber de qué hablaban, había llegado a la conclusión de que Jack me ocultaba algo. Pues claro era un pirata. Era obvio.

-Mañana por la tarde partiré a Crimson Deep aunque tenga que robar un barco.
-Ya te dije Jack, no es necesario, yo te daré uno, no es la gran cosa pero te servirá. -exclamó Elizabeth.
-Jack ¿Y el rubí? -Dijo Gibbs.
-Encontraré la forma de quitárselo. -Agregó Jack.
-¿No es más fácil negociar con ella?
-Lizzy, soy un pirata. No voy a negociar con una niña.

-¿Escuchando conversaciones detrás de las puertas?
Di un salto y me di media vuelta. Era el joven Gibbs.
-¿Qué hace? Me asustó, joven Gibbs.
-Lo siento, dígame Isaac, insisto.
-Bien, Isaac. No vuelva a hacer eso.
El sonrió y asintió.
-¿Qué sabe?
-Jack quiere mi rubí.
-¿Por qué?
-No lo sé.
Isaac acercó su oído a la puerta.
-No se escucha nada.
-¿Cómo que no?
-Vienen hacia la puerta. Debemos escondernos.

Isaac me tomó del brazo y me haló a otra habitación, nos escondimos detrás de una cortina, estabamos frente a frente, estaba muy cerca de su cuerpo. Él olía a jabón y un toque de brezo. Podía sentir su respiración en mi sien.

-De acuerdo, Jack. Intentaré convencerla.
-Gracias por todo Lizzy.
-Adiós, Jack, Gibbs.
-Nos vemos mañana al anochecer. -Dijo Jack.

Isaac me había mirado a los ojos, agradecí a la tenue luz de la habitación, ya que, sentía mis mejillas arder.
-Es usted muy hermosa, señorita Roxton. Disculpe mi atrevimiento pero necesitaba decírselo.
-Gra-gra-gracias, joven Gibbs.

Él sonrió, seguro por lo tonta que me había visto tartamudeando. Luego lo vi acercándose más a mí ¿estaba a punto de besarme? ¿qué atrevido? Pensé, cerré mis ojos y luego escuchamos un gato maullar a nuestros pies. Ambos reímos, yo me acerqué para acariciar el gato.
-Lo siento. Señorita, creo que es mejor irnos de aquí.
-Sí, es tarde, estoy cansada.
-Sí, al igual yo.
-Me preocupé mucho hoy ¿está usted bien?
-Sí, lo estoy, mucho mejor, ahora. -Isaac me tomó la mano y la beso. Quería abrazarlo, era algo extraño pero deseaba hacerlo.
-¿Le parece si hablamos mañana del plan?
-Después del desayuno, puede ser.
Caminé sola a la habitación, no quería que me vieran acompañada de Isaac a esas horas.

La hija de Jack SparrowWhere stories live. Discover now