21. Nadie toca a mi hija.

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Corrí hasta su habitación y ya no estaba, busqué a Jack y el señor Gibbs y tampoco estaban. Elizabeth había salido con ellos al parecer. Sólo faltaba James.

-¿James? ¿James? ¿Donde está?
-Aquí, señorita. -Él apareció en el salón principal.
-¿Dónde está su madre?
-Fue al puerto a dejar a Jack y a los demás.
-Necesito ir...
-¿Pero por qué?
-Isaac ha robado mi rubí para dárselo a Jack.
-Señorita, esa es una acusación muy grave. ¿Usted logró verlo cuando lo tomó?
-No... yo... ¿Puede ayudarme a llegar allá antes que zarpen?
-No lo sé, yo...
-Bien, iré sola.
-Juls, no...
Corrí fuera de la casa, no había ni un caballo o carruaje que me llevara. Corrí hasta la entrada y mis botines me dieron problemas. Seguí más despacio, a ese ritmo jamás llegaría hasta el puerto. Mi rubí, se lo habían llevado. ¿Qué iba a ser de mí? Me dejé caer en el suelo y empecé a llorar.

-Juls, levántase, yo la llevaré al puerto.
Sonreí al ver a James en un hermoso caballo, me ayudó a subir y luego nos dirigimos al puerto, había sido tan atento, fue muy agradable el saber que James quería ayudarme. Después de todo, él siempre me había demostrado cuán interesado estaba en mí. Quizá eso me ayudaría a olvidar el trago amargo que Isaac me había hecho pasar.

Al llegar vi a unos hombres soltando las amarras, Elizabeth estaba frente al barco, me bajé del caballo con ayuda de James y corrí hasta la entrada del barco. Unos hombres de la armada real se veían a lo lejos.
-Juls ¿Qué haces? -Me dijo la señora Turner.
-Recuperando mi rubí.
-Espera no. Ten cuidado. -Elizabeth corrió detrás mío y salté para llegar a este, James me seguía al igual que su madre, al estar en el barco un hombre me tomó del cuello y me amenazó con un cuchillo en la garganta.
Hubieron disparos de los guardias reales.

-Jack. -Grité.
-Hola señorita Roxton.

Supe de inmediato quien era. Era la tercera vez que un hombre me amenazaba, dudé de salir de ésta. Sentía el filo del cuchillo rozar mi garganta.
-Sueltala. -Exigió James.
En la popa vi a Isaac y a Gibbs pero no vi a Jack.
-Joven Dubois. Pensé que estaba muerto.
-No. Vine a matarla primero. Luego de eso podré morir.
-Después de vengarse, está usted enfermo.
-Suelte a la chica. -Jack estaba en la proa.
-Jack Sparrow. -El chico rió sínicamente. -Uno de los piratas más conocidos en el Caribe y el Atlántico.
Jack apuntaba con su arma a la frente del joven Dubois.
-Capitán y sí también me conocen en Singapur. -Y ahí estaba él otra vez con su sonrisa repugnante, me sentí feliz de verlo.
-Capitán Sparrow que lamentable encuentro ¿No lo cree? -Sentí algo caliente que bajaba por mi garganta, el joven Dubois me había rozado levemente con el cuchillo.
-Sangre, señor Sparrow. Su sangre. -Le enseñó el cuchillo ensangrentado.
En ese momento vi el atardecer, el sol caía en en el horizonte, escuché que cruzaron unas palabras pero no quise poner atención a ellas, sólo pensé en cuanto amaba mi madre el atardecer. Al menos iba a morir viendo algo que me recordaba ella.

Todos alrededor estaban quietos y en silencio, cerré mis ojos y escuché un disparo. El joven Dubois cayó al suelo y James me tomó en sus brazos. Lo último que escuché fue a Jack decir unas palabras.

-Nadie toca a mi hija.

-¿Su hija? -Era James.
-¿Qué? -Isaac estaba sorprendido.
-Sí, ya lo saben todos. Juliette es mi hija.
-Jack. -Era Elizabeth.
Jack se acercó para ver como estaba, me llevaron al camarote y me curaron la herida del cuello. Desperté segundos después, James y Elizabeth estaban junto a mí, Jack estaba al frente, se veía algo preocupado.

-¿Estás bien? -Me preguntó Jack.
Asentí y luego miré la mano de James en la mía.
-James. -Me sentí tan sensible que lo único que pensé en hacer fue abrazarlo. El joven me estrujó en sus brazos, me sentí segura y tranquila.

Jack dio media vuelta y salió. Al abrir la puerta pude ver a Isaac frente a ésta, lo vi a los ojos y luego los cerré. Sentía mucha rabia.
-Bien, creo que iremos todos juntos al Crimson Deep. -Exclamó Elizabeth mientras me separaba de James.

La hija de Jack SparrowWhere stories live. Discover now