30. Lamento no poder ayudarles.

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-Señor, encontramos un polizón en el barco.
Dos tripulantes arrastraron al chico hasta él.
-¿Y tú quién eres? -preguntó Barbossa.
-Maestre Gibbs. Isaac Gibbs. -El chico lo miró intimidado.
-Gibbs... -dijo algo sorprendido. -¿Y qué hace en mi nave?
-Yo...
-¿Jack te envió? -Barbossa lo interrumpió.
-No, no recibo órdenes de Jack. -Isaac dijo exaltado.
-¡Ah!¿Y qué quieres entonces?
Isaac vio el mapa en las manos de Barbossa.
-El mapa... está incompleto, señor.
-¿Estás diciéndome que Jack me dio el mapa incompleto?
-Así es.
-¿Subiste al Venganza a decirme eso, nada más?
-No. -hubo un silencio. Isaac miró a Barbossa a los ojos. -Yo sé lo que falta en él.
-¿Y por qué iba a creerte?
-¿No le es suficiente que haya subido a su barco? Jack esconde algo más y créame, no encontrará el tesoro sin él.

Barbossa miró a Isaac no muy convencido, luego asintió a uno de los hombres y lo llevaron al calabozo.

-Sabía que ese chico iba a hacer algo estúpido. -Exclamó Jack.

Estaba en una mesa en el plan, tenía una botella de ron en la mano, Elizabeth estaba sentada junto a él con una taza de té. Yo sostenía mi rubí con todas mis fuerzas, me había sentado en las escaleras. Quería llorar pero no debía. Tenía tanto miedo que le hicieran daño a Isaac. No podía dejarme derrotar por mis emociones. Jack no podía enterarse de mis sentimientos hacia el chico.

-¡Ey! ¡Ey! Tú, niña.
-¿Ah? -exclamé distraída a Jack.
-Te estamos hablando, Juls. -Exclamó Elizabeth.
-Lo siento. ¿Qué sucede? -Respondí.
-¿Algún plan de cómo llegar a Crimson Deep? -Era Jack. -¿Recuerdas la ruta? ¿Alguna seña del mapa? ¿Su ubicación?
Yo solo negué con mi cabeza.
-Yo no tuve tiempo de verlo. -Era Elizabeth.
-Ni yo de memorizarlo. -Dijo Jack, tomando nuevamente de su botella.
-Bien, yo recuerdo algo pero... son sólo detalles. -Les dije.
-¿Cómo qué? -Jack se acercó a la mesa.
-No sé, nombres de las islas cercanas y esas cosas. -respondí.
-Eso no ayuda. -Replicó Elizabeth. -Debes tener la posición de cada una. No podemos perder tiempo yendo una por una.
-Lamento no poder ayudarles. -Me puse en pie y subí a la cubierta, James estaba en la popa hablando con Gibbs quién estaba al timón.
-¡Hola!
-Juls ¿se siente bien? -Era James, se acercó y tomó mi mano.
-Sí, es sólo que estoy muy preocupada.
-Sus manos están frías.
-No es nada. -Bajé mi rostro.
James llevó su mano a mi a mentón. Lo vi a los ojos y pude ver su preocupación por mi, la dulzura de su sonrisa. Luego escuché al señor Gibbs aclararse la garganta. James bajó su rostro y soltó mi mano.
-Tal vez sea mejor que vaya a descansar. -Le dije.
-Sí, claro, yo seguiré aquí comandando el barco.
-Gracias, joven Turner.

Fui al camarote y me recosté en la cama. No pensé que tenía tanto sueño, sólo caí en una oscuridad silenciosa que me llevó a soñar con Isaac.

Estaba en una isla, caminaba por la playa hacia mi, usaba la misma ropa que llevaba la noche que me encontró escuchando detrás de la puerta del estudio. Se veía muy apuesto, su piel blanca estaba un poco bronceada por el sol y su cabello castaño oscuro estaba desordenado. Se veía encantador, llegó hasta a mi y me tomó por la cintura para levantarme en el aire. Mi vestido celeste volaba mientras ambos reíamos, dimos unas cuantas vueltas y me tomó en sus brazos para abrazarme. Lo miré fijamente a sus hermosos ojos color miel, luego se acercó para besarme y... unos golpes en la puerta me despertaron.
-No es cierto. -Dije mientras escuchaba otra vez los golpes en la puerta. Caminé a la puerta y abrí.
-¿Señor Gibbs?
-Señorita Roxton ¿tiene un momento?

La hija de Jack SparrowWhere stories live. Discover now