23. Ella odia los piratas.

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Al día siguiente, desperté aún con mucho sueño, el té había surgido buen efecto en mí. Los rayos de sol se colaban por las ventanas tenuemente, hacia un poco de frío, aún así, salí del camarote y caminé a la proa para ver el mar.

Me quedé ahí viendo el extenso océano y el cielo de la mañana, era celeste-azulado, libre de nubes.

La brisa fresca daba en mi rostro y el aire que entraba por mi nariz me limpiaba todo el enojo que sentía. Era como si me ayudara a olvidar, me sentía libre y a gusto. Sentí que había buscado esto por años y nunca me di cuenta que estaba ahí.

Había viajado mucho en barco con mi padre de crianza, el Comodoro Roxton, siempre me entusiasmaba cuando él me llevaba a mar abierto con mi madre y mis hermanos. Aprendí como comandar un barco pero nunca puse atención de lo hermoso que era disfrutar de la brisa y de la inmensidad del mar.
Unos delfines acompañaban el barco, los vi saltar y me emocioné mucho. Sonreí y miré hacia el timón. Isaac estaba allí con su padre. Mi sonrisa se apagó mientras él me miraba, caminé hacia el centro de la cubierta donde él no tuviera alcance para verme.
-¿Qué pasa? -Preguntó Gibbs a su hijo.
-¿De qué?
-¿Con la chica?
-Nada... ella y yo no somos amigos.
-Isaac. -Gibbs lo miró serio.
-Ella no es para mí, padre.
-¿Y que pasó con aquello de volverte pirata por una chica?
-Ella odia los piratas.
-Tu no eres uno.
-Soy hijo de uno.
-Mis errores no deben afectarte, Isaac.
-Ella no está a mi alcance, padre. Es una señorita de buena familia. -¿Jack? -Gibbs soltó una carcajada.
-Hablo de que ella se crió en una casa adinerada, padre.
-Yo también me crié en una casa de adinerados, Isaac y me enamoré de tu madre que era una mucama.
-Ella no... Olvídalo y enséñame a navegar el barco. Tal vez pueda conseguir un trabajo de marinero en Port Weber.
Gibbs sonrió y siguió instruyendo a Isaac.

Yo había bajado a el Plan*, encontré a Jack, Elizabeth y James hablando en una pequeña mesa. Logré observar que en el centro de ésta estaba el mapa y el rubí en las manos de Jack. Pude escuchar unas cosas antes de que James me hablara.
-Lizzy debo protegerla, la dejaremos contigo en el puerto más cercano. -Era Jack.
-Jack, ella no va a aceptar... -Elizabeth respondió.
-¡Buenos días, Juls! -Dijo James con una enorme sonrisa.
-Buenos días. -Exclamé para los tres. Quizá no quería a Jack pero seguía siendo educada. Él se tenso al mirarme.
-Buen día, Juls. -Me dijo Elizabeth acercándose para ver mi cuello. -Luce bien. ¿Cómo te sientes?
-Quiero hablar con Jack, a solas. ¿Si no les importa? -De seguro mi rostro no tenía ni una pisca de fragilidad.
James y Elizabeth se miraron y subieron a la cubierta, Jack frunció el ceño, yo me acerqué a la mesa y tomé asiento en una pequeña silla frente a él, sin que me lo pidiera. Quería escupirle el rostro pero no lo vi correcto de parte de una señorita, no era un sucio pirata como él.

*El Plan: es el piso plano y más bajo del barco donde se encontraban los camarotes, aseos y demás estancias.

La hija de Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora