13. Jack tiende a enredar las cosas.

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Caminé hasta una puerta que me llevó a un pequeño comedor. Allí estaba la señora Turner y Jack.

-¡Buen día, Juls! Toma asiento ¿Quieres desayunar?
-Buenos días señora Turner. Yo no...
-Ven, acompañarnos.
-No. Se lo agradezco.
-Señorita Roxton, siéntese. -Era Jack.
Vi a Jack serio. Me estaba ofreciendo un campo junto a él, acepté pero no le hice caso, tomé asiento junto a la señora Turner. Llevé mi mirada a un plato que estaba sobre la mesa. La señora me sirvió el desayuno y luego vi de reojo que se retiró. ¿Por qué? pensé.

-Entonces señorita, Roxton ¿Cómo murió su madre? -Jack me había hablado, no quería contestar pero pensé que era mejor hablar ahora que no seguir huyendo del repugnante pirata.
-Enfermó.
-¿Sufrió?
Levanté mi mirarda a él, se veía algo angustiado.
-Señor Sparrow, usted no se preocupó por ella cuando la dejó. ¿Por qué se preocupa ahora que murió?

Jack me miró a los ojos, había algo en ellos pero no era angustía ni dolor era culpabilidad. Jamás pensé que un pirata tuviera esa clase de sentimientos.
-Juliette, no quise asesinar a ese hombre. James corría peligro. No me hubiera perdonado que el chico muriera por culpa de mi ambición.
-¿Por qué creyó en mí cuando le dije que había un mapa en la Artemisa? Y no sea tan atrevido, soy la señorita Roxton para usted.
Jack me dio una media luna en su boca. De nuevo él y su sonrisa repugnante, pensé.
-Ya había visto esos ojos una vez, confíe en ellos y me dieron libertad.
-Entonces, confió en mi, le di el mapa de un tesoro y claro usted siempre salió ganando, señor Sparrow. Créame, no sabe cuanto me arrepiento.

El me miró serio.

-Me dio más que un mapa, señorita y puede darme algo más, si usted está dispuesta. -Vi que bajó su mirada a mi escote.

En ese momento lo odié más de lo que lo hacía, tomé la servilleta de mi regazo y la tiré sobre la mesa con fuerza. Era un sucio pirata, que más podía esperar de él.
-Usted es un indecente. -Estaba furiosa, salí del comedor y me encerré en el camarote.
-¿Qué dije?
Elizabeth entró de inmediato.
-Jack ¿Qué le dijiste?
-Nada. Sólo quería el rubí.
-No le dijiste.
-No... no puedo hacerlo.
-Iré a hablar con ella.
-Elizabeth, no le digas nada de lo que sé.

Ella asintió enojada y luego salió.

-Señorita Roxton. ¿Puedo pasar?
-Adelante señora Turner. Es su barco, no tiene que pedir permiso.
-Bien ¿qué pasó con Jack?
-No sé cómo hace para tener amistad con ese pirata repugnante.
-¿Le faltó el respeto?
Titubee al responder. Me daba pena decirle lo que ese pirata me había dicho.
-No... bueno... la verdad, no sé. Es tan... -Respiré profundo. -Lamento todo esto señora Turner.
-No es molestia Juls. Le parece si hablo con Jack, quizá él mal entendió algo que usted le dijo o usted también mal entendió. Jack tiende a enredar las cosas.
-¿Qué? -Contesté alterada. -Se va a poner de su lado, señora Turner.
-¿De qué lado? No sé ni siquiera cuál es la relación entre Jack y usted.
-¿Relación? Eso es lo que sucede. No hay relación ninguna entre los dos y ni deseo tenerla. -Estaba muy irritada.
-Sabe. Esto solo ustedes dos pueden discutirlo. Quizá hoy por la tarde o por la noche puedan sentarse como personas civilizadas a hablar. Port Royal está cerca, pienso dejarla ahí. Y sería bueno que arregle su situación con Jack. -Había dureza en su voz.
-Lo siento, no fue mi intención darle problemas, señora Turner.
Ella salió dejándome sola en el camarote. Pensé que ella actuaba extraño, ¿Cual era su interés de que arreglara mi situación con su amigo pirata?

-¿Y? ¿Hablaste con ella?
-Es tan parecida a ti.
Jack rió.
-No, ella se parece a su madre.
-No, me refiero a que le gusta enredar las cosas como tu lo haces.
-La chica está confundida. Hay que darle espacio.
-Sí, seguro esperaba a otro pirata por padre. Uno que se bañara al menos.
-Lizzy, no vas a empezar con eso de nuevo. -Jack se volvió al frente de ella y se acercó. -No te importó eso cuando me besaste.
-Jack, esto es serio. -Elizabeth retrocedió.
-¿Aún amas a Will?
-Con todo mi corazón.
-Lástima. Quería recordar viejos tiempos. -Jack sonrió.
-¿De que hablas? -Elizabeth lo vio a los ojos. -Lo ves, Jack, te gusta desviar las conversaciones. No sigas huyendo del problema. No quiero que la lastimes, ya lo hiciste con su madre.
Jack se quedó serio y miró el horizonte.
-Bien. Hablaré con ella.

Hubo un silencio.

-Sabes que ese beso no significó nada para mí.
-Sí, significó un enorme sacrificio para salvarte a ti y a Will.
-Jack...
-Sé que te gustó. -Dijo Jack y luego sonrió.
-Te debo la vida y te quiero, como a un amigo. Por eso creo en ti y sé que puedes arreglar toda ésta situación.

Él la miró con los ojos entrecerrados.

-Será más fácil encontrar el tesoro que buscas.

Jack sonrió

-Gracias, Lizzy.

La hija de Jack SparrowWhere stories live. Discover now