25. Pensé que lo olvidaría pronto.

3.5K 301 6
                                    

Al medio día más o menos James tomó el mando del barco, yo me acerqué a él para saludarlo.
-¡Hola!
-¿Lo recuperó? -James señaló el rubí.
-Sí, fue difícil pero lo logré.
-¿Le gusta el mar, Juls?
-Sí, es hermoso. Me crié a bordo de un barco, entre cuerdas y cabos, la brisa y el sonido de las aves marinas me es muy familiar. Mi padre me enseñó como comandar un barco.
-¡Que interesante! Una señorita al mando de un navío. -James sonrió incrédulo.
-¿No me cree, capitán Turner? -Sonreí algo presumida.
James me miró y luego sacó su brújula.
-Bien, señorita Roxton. Usted va a ser la capitana en mi turno, yo sólo seré un maestre.
-¿Qué?
-Señores, la señorita Roxton estará al mando las siguientes cuatro horas, hagan lo que ella ordene. -James me tomó la mano y me colocó la brújula.
-James, yo no...
-Ordene usted, señorita Roxton.
Lo vi a los ojos, él sonreía, se veía muy seguro de lo que hacía.
-¿Hacia que dirección vamos? -Le pregunté.
-Sureste.

Nadie me mandaba a presumir mis conocimientos, había dado una que otra orden a los marineros en el barco de mi padre pero jamás ser la capitana. Titubee un poco al ver la brújula, la aguja se movía mientras yo caminaba hacía la baranda. Respiré profundo y sentí la brisa cálida en mi rostro. Miré a James una vez más y él seguía sonriendo.
-Él es el maestre Benzon. -Me señaló uno de los marineros.
Asentí y miré hacia la proa, aclaré mi garganta para hablar fuerte.
-Maestre Benzon.
-Sí, capitana.
-Debemos aumentar la velocidad para aprovechar el viento del norte. Despliegue las velas restantes y asegure los aparejos.
-Sí, enseguida.

El hombre y otros dos marineros más hicieron el trabajo. Me dirigí al timón para controlar la ruta del barco. Rocé la mano de James al tomar el timón. Él me miró encantado. Me sentía realizada y un poco nerviosa por lo que estaba haciendo. El joven Turner puso su mano sobre la mía y se acercó más de lo que yo hubiese deseado aún así no me importó, confiaba en él. Vi sus ojos fijos en los míos, sus ojos marrones tan soñadores y expresivos, me llenaban de seguridad.

Al terminar el turno, vi a Jack acercarse a la popa. Venía tambaleándose, borracho, muy borracho. Se acercó a mí y me dio una mirada de desprecio.
-Apartate, soy el capitán. Es mi turno. -Me dijo Jack.
James se acercó y me miró extrañado.
-¿Qué sucede, señor Sparrow?
-Es mi turno, muchacho. Dile a ésta chiquilla que se aparte. -Jack levantó la mano y ambos vimos una botella de ron que se llevó a la boca.
-Lo siento capitán, pero en ese estado no puede comandar mi barco.
-¿Cual estado?

James tomó el timón y lo aseguró con una cuerda, me pidió que me fuera a mi camarote para arreglarse con Jack. Al entrar vi a la señora Turner en él.

-¡Hola, Juls! Sólo estaba buscando algo de ropa que había guardado por aquí y bueno, quería decirle también que hoy dormiré aquí.
-Oh, bueno. Está bien. -Le dije despreocupada.
-Como ve, el barco es muy pequeño en comparación con el otro y hay menos camarotes.
-No hay problema.
-Bien, aquí tiene esto, quizá le sirva. -Al parecer era un vestido.
-Gracias.
-Juls ¿Puedo saber que le dijo a Jack que lo puso tan mal?
-¿Mal?
-No ha dejado de tomar como un desquiciado, lo vi muy desanimado a la hora del almuerzo, ni quiera lo probó. Sé que ama el ron pero toma como si quisiera olvidar.
-No sé a qué se refiere.
-A Jack le afectó hablar con usted.
-No es en serio. ¿O sí?
-Nunca lo había visto así.

En eso salí del camarote para dirigir mi vista a la Popa. Jack tenía una mano en el timón y en la otra la botella. James estaba junto a él. Tenía mucha paciencia para tratar con él en su estado. Regresé al camarote y hablé con la señora Turner.

-Sabe Elizabeth, tal vez sí fui un poco dura con él pero no quise que se pusiera en ese estado.
-Bueno, dejemos que se le pase.

Pasaron dos días después de eso y Jack se había terminado una pipa de ron él solo más algunas otras botellas.
-Esto no está bien, Juls. Jack lleva tres días así, no sale del camarote si no es para pedir más ron y decir que tu no lo quieres. Que está pagando todo lo malo que ha hecho. -Exclamó Elizabeth.
-¿Que yo no lo quiero?
-Habla con él, Juls. Si no, será mejor que volvamos a Port Royal. -Era James. -Él no quiere entregarnos el mapa, tampoco.
Miré a la señora Turner y su hijo muy preocupados, Isaac y su padre estaban sentados en una mesa en el Plan jugando cartas.
-Yo...no... -Resoplé. -Pensé que lo olvidaría pronto.
-¿Qué le dijiste?
-Nada, yo.... hablaré con él, entonces.

La hija de Jack SparrowWhere stories live. Discover now