41. "Temor."

33.8K 2.2K 190
                                    

ADVERTENCIA: Este capítulo presenta contenido sexual explícito. Si lo lees lo haces bajo tu entera responsabilidad.



Me despierto después de soñar con aviones, despedidas y dolor. La angustia que me carcome por dentro apenas abro los ojos es tan inaguantable que me siento tentada de llamar a Harry y pedirle que me consuele, que me diga que nunca se va a alejar de mí. Pero eso roza lo psicópata. No he dejado de darle vueltas al tema que la propia Anne sacó a colación hace menos de un día al punto en que he llegado a volverme paranoica. ¿Y si Anne lo convence de marcharse a otro lado? ¿Y si Harry verdaderamente quiere irse lejos de todos nosotros? Nunca en la vida sería capaz de impedírselo. Yo más que nadie quiero lo mejor para él, aún cuando eso signifique tener que aceptar que se marche aún cuando eso sea lo más doloroso que me toque vivir. Sin embargo, tampoco creo que sea algo nuevo para mí; eso de vivir con dolor.

Estoy yéndome por las ramas. Como dije, me he vuelto paranoica en cuestión de horas. Eso es lo que sucede cuando me dejan a solas con mis turbulentos pensamientos. Harry no se va a ir. No por el momento.

Para borrar las imágenes del sueño aún frescas en mi memoria, decido levantarme y darme una ducha, zanjando el tema y dejando un poco de lado la paranoia. Logro distenderme, relajar los músculos y alivianar el dolor de cabeza, todo mientras encierro los malos pensamientos en un compartimiento especial de mi cabeza donde se encuentra la amnesia, el accidente, el "te he querido sólo para desvirgarte" junto con el horrible sentimiento de la humillación, el beso de Harry con Courtney, la propia Courtney, Angie, el divorcio de mis padres, la muerte de mi primera mascota, la boda de mi padre con Pauline y todo un suceso de hechos bochornosos, patéticos, lamentables, dolorosos y dignos de ser olvidados.

Salgo de mi habitación y me seco el cabello mientras hago cuentas mentales para determinar cuántos días faltan para las fiestas. Me sorprendo al reparar que estamos a mediados de diciembre y apenas faltan diez días para la Navidad. Y, como mi cerebro tiene una habilidad alarmante para preocuparse (por todo), comienzo a devanarme los sesos en encontrar el regalo perfecto para Harry. Nunca he sido buena para los regalos, pero espero serlo esta vez por él.

Me visto con algo abrigado considerando el frío no tan escandaloso que hace afuera. No es tan común ver nieve en Londres, pero por alguna razón espero que este año sí nieve, cosa que dudo porque la temperatura es fría, pero no gélida. Bajo a desayunar y me encuentro con una nota de mi madre diciendo que ha habido una urgencia en el hospital y que tuvo que irse antes de que yo despertara. Me preparo el desayuno y, dado el hecho de que la calefacción está prendida, me veo obligada a quitarme el suéter color vino que llevo puesto porque entre la temperatura que hace dentro de la casa y el café que estoy tomándome, comenzaré a sudar en cuestión de minutos. Picoteo algunas tostadas, me termino el café, me lavo los dientes, apago la calefacción y salgo de la casa dejándome el suéter sobre el respaldo de una de las sillas de la cocina.

(...)

He considerado y visto con buenos ojos la idea de robarme (no, tomar) algún abrigo de la caja de objetos perdidos. Total, su nombre lo indica; perdidos, sin dueño alguno que pueda reclamarlo. Incluso Jay me acompañó a la oficina de administración a solicitar la caja, pero no encontré ninguno de mi tamaño. De hecho, había sólo uno y las mangas me llegaban a los codos. Me pregunto qué clase de persona tan pequeña podría haber utilizado eso, considerando que yo mido poco más de metro sesenta y mis extremidades son cortas. Así que me he pasado el día turnándome con Jay para utilizar su campera, que al final he rechazado porque no quiero aprovecharme más de su buena voluntad y hacerlo pasar frío.

Over Again. | h.sजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें