Over Again. | h.s

22. "Advertencias."

Vestirme a toda prisa y huir corriendo del departamento alegando que mi madre me necesita no es la mejor idea de todas para hacer una salida elegante. Sin embargo, es lo que estoy haciendo. Estoy corriendo hacia mi coche, alejándome de aquel departamento en donde casi sucede el caos y del chico de rizos y ojos del color de las esmeraldas que me tortura día a día y al que, estoy más que segura, no podré volver a mirar a los ojos sin recordar los sucesos de la noche pasada. Porque, joder, estuvimos a punto de acostarnos.

Mentiría si no admitiera que reavivar la llama que hacía meses se había apagado fue excitante y satisfactorio. Amaba la forma en la que Harry me hacía sentir cuando me tocaba, cuando despertaba ese "algo" dormido en mi interior, y sigo amándolo. Tanto como lo amo a él. Si bien los recuerdos permanecen borrosos, todavía puedo sentir su tacto en mi piel, sus labios sobre los míos, la bestialidad con la que me quitó la ropa, deseándolo, necesitándolo.

Sin embargo, también sé que todo lo que sucedió anoche fue en parte producto del alcohol y que de verdad ninguno de nosotros quería hacer lo que hicimos. Bueno, yo no hablaría tanto por mí, pero si por él. Después de todo, ¿por qué Harry iría a tener sexo conmigo estando aún con Angie? Es absurdo; él no tiene ningún tipo de sentimientos por mi y lo de anoche fue un terrible error que no estaremos dispuestos a volver a cometer.

El móvil comienza a sonarme justo cuando doy un volantazo y me adentro en una avenida. Contesto con el manos libres del automóvil y la voz de Julie inunda el cubículo.

–¿Puedo saber dónde estás en este jodido momento?

–En mi coche, camino a casa.

–¿Qué pasó? Deberías volver y desayunar. Hay huevos y tocino y...

La interrumpo, mordiéndome el labio y deteniéndome en un semáforo. –Harry y yo casi tuvimos sexo anoche y no podía mirarle ni un segundo más.

–¡¿Que Harry y tú qué?!

Julie la discreta.

–Gracias. Creo que mi madre todavía no se enteró.

–Vale, vale. Lo siento. Pero no puedes pretender que reaccione normalmente cuando acabas de soltar semejante bomba. ¿Quién es el aguafiestas con una fobia sexual bastante perturbante?

Solté una carcajada. –Yo paré. Él estaba bastante dispuesto a continuar.

–A veces pienso que eres estúpida. Esta es una de esas veces.

–Los dos estábamos borrachos, él estaba drogado. No soy de ese tipo de chicas.

–Mencióname cuando te convertiste en una versión barata y rubia de la Madre Teresa de Calcuta, no lo recuerdo.

–¿Quieres parar de una vez? –me río.

–¡Era sólo sexo!

–Con Harry no es así y lo sabes.

Julie suelta un suspiro dramático del otro lado de la línea. –Vale, cambiemos de tema. Un amigo de Zayn nos invita a una fiesta de su fraternidad esta noche, ¿te va?

–Oh no. Todavía me duele la cabeza y sigo lamentando los efectos.

–Estoy segura de que no estás lamentando que Harry te haya manosea...

La interrumpo a los gritos. –¡Vale, vale! Voy a ir.

–Genial. Luego te mando un mensaje con la dirección.

Aparco frente a mi casa y apago el motor mientras me lanzo en el asiento con un suspiro. –Vale. Nos vemos esta noche.

(...)