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—La rata no está a la vista, repito no está a la vista. Cambio y fuera—dijo Corey por el walkie- talkie.

—Bien—respondí por el mismo.

—Así no tienes que responder, haces todo mal Lavina. Ya no juego más, cambio y fuera—contestó en tono indignado.

—La diva se ha ido—habló Fiona, me reí—¿te falta mucho? los chicos ya no pueden entretener más a Dax.

—No es fácil conseguir un número, tiene todos los números registrados con nombres de chicos, no hay ninguna Lena en ellos.

El plan hasta el momento era que debía meterme en la cabaña de Dax y sacarle el número de Lena, resulta que el chico no solo tenía a Sadie, si no que tenía a otra y seguramente a muchas más.

Jesse, Brent y Marleen están tratando de persuadirlo para que no regrese a la cabaña mientras estoy ahí. Corey, Bailey y Fiona me mantienen al tanto por un aparato, ellos se encargan de avisarme por si Dax aparece.

Si se preguntan por los demás, Ciara y Lester están en una cita romántica y Colt estaba cuidando a su gallina, ya que se encuentra enferma.

—Utiliza la tácticas de los mujeriegos—dijo Bailey.

—Sácale el celular, seguramente pensara que lo perdió, ¿qué teléfono tiene?—Preguntó Fiona.

—Esos que usaban nuestros padres de jóvenes—respondí mirando con atención el teléfono que tenía en mis manos.

—Bah, agárralo. Nos lo va a agradecer, son de la prehistoria no sirven más —Bailey habló por el aparato.

—¡Tenemos un 3312! Sal de allí adentro—gritó Fiona haciendo que suelte el teléfono y el walkie- talkie por el susto.

Inmediatamente me guarde el teléfono de Dax.

—No era necesario gritar ¿Qué significa 3312?—miré por la ventana para ver que no haya moros en la costa.

—¿Nunca viste Monster Inc?—volvió a gritar pero esta vez en tono de indignada—eso es un crimen. Mamá, se metió otro Pejelagarto.

—Puedes dejar de decir tonterías—esa era Bailey—tomate tu tiempo. Falsa alarma.

—Pero tú eres ciega y sorda, con pejelagarto me refería a Dax, allí viene—interrumpió Fiona—Sal de ahí, Lavina. Está llegando, mierda.

Oí un golpe y de pronto no escuche más a mis amigas, maldición está cosa no funciona más.

La puerta se empezó abrir, y estaba lista para ser descubierta, hasta tenia mis propias excusas.

Excusa número uno:

—¿Qué haces en mi cabaña?diría Dax y yo respondería algo como:

—Oh, es tu cabaña, pensé que era la mía. Que tonta.

Excusa número dos:

—Qué haces en mi cabaña, Lavina?

—¿Quién es Lavina? * Me desmayo por arte de magia*

No eran buenas pero era lo que se me ocurría en este momento, como sea cerré los ojos preparándome para que Dax dijera algo.

—Batifiona salvándote el trasero por milésima vez—para mi suerte era Fiona, abrí mis ojos y la vi sonriéndome con insuficiencia—de nada, ahora vamos es probable que despierte rápido. El golpe no fue fuerte.

—¿Golpe?—fruncí el ceño y efectivamente una vez que salí de la cabaña, me encontré con Dax tirado en medio del campamento.

Todos mis amigos estaban a su alrededor.

Camp Goys [1] EDITANDOWhere stories live. Discover now