Cierro la boca a tiempo que la maestra cruza el marco, observándonos con una gran sonrisa en el rostro.

—Holly, Colin —Saluda, dejando de lado su maletín—. ¿Ya han empezado con sus presentaciones?

Aprieto los labios cuando el recuerdo de un Dash completamente borracho invade mi mente. Saber que tenia que verlo nuevamente para empezar con aquel trabajo, sólo dejaba un nudo en mi estomago.

—Si —Miento, forzando una sonrisa—, sólo tengo que arreglar unas cosas y estará listo —Colin suelta una risa, lo que me hace fulminarlo con la mirada. ¿Enserio creí que seria un buen amigo?

La maestra nos lanza una mirada extraña, la cual decido pasar por alto. En cuanto se gira, me levanto de mi lugar, escogiendo uno lejos de Colin, y mucho más lejos de Dash.

Tenia que seguir con mi vida sin más problemas en ella.

Los diez minutos luego de la hora de ingreso, ingresan varios alumnos, tanto de psicología como de ingeniería. Cuando veo aquellos grandes brazos cubiertos de tatuajes, desvió la mirada, encontrando momentáneamente la pizarra vacía, completamente interesante.

—Bienvenido Dash —La maestra anuncia, deslizando una sonrisa en sus labios—. Creí que no volvería a verte de nuevo, tal y como el semestre pasado.

—Tengo que pasar esta materia alguna vez, ¿No? —Como si fuera presa de una atracción incontenible, giro un poco hacia Dash, quien mantiene los ojos sobre mí. Los golpes en su rostro parecían ser cosa del pasado, lo único que vislumbraba era unos pequeños hematomas cerca a su ojo izquierdo y uno en su mejilla. Ojos grises se enfocan en los míos, haciéndome sentir más incomoda de lo normal.

Fijo con rapidez mi atención en la maestra, quien observa inquisitivamente a Dash. Sus delgados labios se abren para soltar unas cuantas palabras, pero se ve interrumpida con el sonido de la puerta.

Todas y cada una de las cabezas gira hacia el mismo lugar, y siento el enojo filtrándose en mi sistema. Un par de ojos azules están sobre la maestra, el cabello rubio teñido se encontraba algo despeinado, como si el viento hubiera hecho de las suyas.

—Vengo a buscar a Holly Parks —Elton suelta, sin dejar de observar a la maestra—. Ocurrió algo con su Alison Parks.

La mención del nombre de Alison me hace poner nerviosa, ¿Por qué Elton vendría en lugar de ella?, ¿paso algo malo?

Sin esperar por el permiso de la maestra, tomo mis cosas y me coloco de pie, ignorando las miradas sobre mí. El nudo en mi estomago parecía agrandarse con cada uno de mis paso, y cuando llego frente a Elton, puedo ver dolor cruzando sus ojos.

—¿Qué ocurrió con Alison? —Pregunto, una vez que abandono el aula, Elton me observa por un segundo y lo veo tragar saliva.

—Tuvo un accidente —Él responde, completamente incomodo. ¿Qué? —. Estaba conduciendo para cerrar un trato y un conductor borracho se estrello contra ella.

Lagrimas se aglomeran en mis ojos, el nudo en mi garganta aumentando su tamaño ante cada segundo y, un segundo antes de soltarme a llorar, los brazos del rubio se cierran a mi alrededor.

—¿E-está bien?

—Vine para llevarte al hospital —No responde mi pregunta, pero siento sus ojos sobre mí cuando se separa. No quiero mirarlo. No quería pelear ahora. El único movimiento que soy capaz de hacer es asentir, aceptar de buena gana la ayuda de Elton—. Todo estará bien, Holly.

—¿Holly? —Mis pasos se ven detenido por la gruesa voz resonando en el pasillo. No me atrevo a girar, no cuando me encuentro con las mejillas cubiertas de lágrimas.

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now