Capitulo 17. Año nuevo.

Comenzar desde el principio
                                    

Me vieron confundidas, les señalé la puerta del cuarto con mi cabeza indicándoles que fueran y salieron rápido, casi corriendo y en cuanto lo vieron fueron a abrazarlo. De repente ya las cuatro chicas estaban encima de mi novio tomándose incontables fotos con él, yo moría de risa porque aunque Freddy era muy amable, de repente notaba en su cara que se sentía acosado.


- Ya, a ver niñas con permiso préstenmelo tantito. -Me abrí paso entre ellas- Me lo van a desgastar y al rato ya no me va a servir. Voy a tener que buscar uno nuevo y son difíciles de conseguir los que son como él.

- Oye. -Me reclamó Freddy y reí-

- Al ratito se los devuelvo y es todo suyo.


Lo jalé del brazo apartándolo del lugar y mis primas pusieron caras tristes que rápido se convirtieron en risas. Las dejé viendo sus celulares, supongo que chequeando sus fotos y yo saqué a Freddy de la casa.

No muy lejos hay un parque y caminamos abrazándonos hasta llegar ahí. En la caminata no tenía muchas ganas de hablar, tan sólo de sentir su compañía. Ya en el parque yo me senté en un columpio y él se paro delante de mí. La noche estaba demasiado tranquila y la luna muy hermosa. Empezamos a besarnos para desquitarnos de todo ese tiempo en el que nuestros labios tuvieron que sufrir estando apartados. Luego de un buen rato y de quedarnos sin aire se separó, me tomó de la mano y nos subimos a un sube y baja. Estuvimos jugando como niños chiquitos, casi me caigo por burlarme de él cuando sin querer se cae estando en la parte de abajo, pero rápido recuperé mi equilibrio. Nos bajamos y miré el reloj, llevamos mas media hora afuera, no habíamos hablado absolutamente nada y aun así, no era nada incomodo ni molesto.


- Amo a las coders, pero gracias por salvarme. -Al fin hablo él-

- Vamos. Fue chistoso, primero te veías muy feliz pero después vi tu cara y ya estabas un poco incomodo ¿verdad?

- Poquito, es que una de tus primas me estaba agarrando las pompis y sentí cuando la apretó. No supe qué hacer ni qué decir, me quería quitar pero no me dejaban y eso que sólo eran cuatro


Morí tanto de risa cuando me dijo eso. La forma en que me lo contó fue tan dulce, como de un niño totalmente inocente, aunque sabíamos perfecto que no lo era.


- ¿En verdad? Con razón de repente tus ojos se hicieron grandes.

- Sí. Sus primas querían comerme y no las culpo, tienes un novio muy galán.

- Presumido. Cuando lleguemos me dices quién fue, esas pompis sólo son mías.

- Claro, reclama lo que es tuyo. -Rió- Pero no vi ni quién fue, bonita, solo sentí la mano.

- Bueno, pero de todas maneras ya estas acostumbrado ¿no? en las dos firmas que han tenido y en las convivencias seguro seguido te las agarran.

- Pero nunca las habían apretado, nadie más que tú.

- ¿Y cómo te las agarro? ¿Así?


Puse mi mano en su trasero y se le salió una sonrisita muy chistosa cuando apreté lo más fuerte que pude, empezamos a besarnos.


- No. -Me dijo apenas separándose unos milímetros de mis labios- Fue más como algo así... -Sentí sus manos en mis pompis haciendo lo mismo que yo segundos atrás y empecé a reír, alcancé su labio para morderlo un poco juguetonamente- No ya, calmada que soy débil ante la situación y todavía tenemos que regresar.

Mi Mejor Casualidad «FREDDY LEYVA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora