Capitulo 13. Chico nuevo.

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- Freddy... Despierta son las dos de la mañana.

- ¿Qué paso?

- Nos quedamos dormidos, mi mamá acaba de entrar y me despertó. Dijo que no podías quedarte en mi cuarto.

- Ah sí, perdón. Ya me voy te veo mañana.

- No bebé -me jaló del brazo cuando estuve apunto de pararme- ven, estas más dormido que despierto -decía mientras reía- Quédate aquí en la casa ¿Cómo te vas a ir? ya son las dos de la mañana, la casa de Alan está lejos y no traes auto.

- Bueno entonces ven, abrázame y sigamos durmiendo. -Le bese el cuello-

- Me encantaría, pero te estoy diciendo que me dijo mi mamá que no podías quedarte en mi cuarto. Ven, te voy a dejar para que ya te acuestes y sigas durmiendo.

- No, aquí estoy muy cómo.

- Anda que mi mamá no me deja y medio se enojo cuando nos vio, se va a enojar más si no te cambias de cuarto. Yo te llevo.


Ros se paró y me llevó a un cuarto que estaba alado del de ella, yo tenía los ojos casi cerrados, parecía ebrio. Era muy linda, me acosté y la jalé conmigo haciendo que también cayera en la cama, se espanto un poco.


- Ven, se mi almohada. -Le dije mientras me acurrucaba en su cuello-

- Ya Freddy, acuéstate bien, yo te tapo.

- Tu mamá dijo que no podíamos quedarnos los dos en tu cuarto pero no dijo nada de este.

- Ya bebé, enserio se va a enojar.

- Bueno está bien, pero solo porque si normal me da miedo no me la imagino enojada.


Salió de la recamara y no paso mucho para que volviera a quedar muy dormido.

A la mañana siguiente desperté temprano, me levanté para ir a la sala a ver si Ros ya se había despertado pero a la que vi fue a su mamá. Me dio algo de pena pero igual le dije "Buenos días" y pregunté si podía pasar al cuarto de Ros, me contestó que si así que entre. Ella seguía dormida y se veía muy tierna, no pude evitar darle un beso en la mejilla cuidadosamente. Tomé las cartas y carteles que había dejado en su cuarto, después salí.


- Freddy, ¿Ya te vas? -me preguntó su mamá cuando me vio acercarme a la salida- ¿No quieres desayunar?

- Buenos días. -Saludó Ros caminando por el pasillo con la voz somnolienta-

- Ros, perdón si te desperté. Y gracias señora, pero mejor otro día.

- Quédate a desayunar y después ya te vas. -El tono de voz de Ros seguía igual de bajo y cansado- Dicen que no hay que salir con el estomago vació.

- Anda siéntate ahorita les sirvo.

- Esta bien, gracias.

- ¿Cómo dormiste? -Me preguntó Ros mientras me indicaba que fuéramos al comedor-

- Muy cómodo, pero me hizo falta mi almohada.

- ¿No te dio almohada esta grosera?

- No señora, si me dio -no pude evitar reír- no lo decía por eso.

- Ay guapo, ya come -me extendió un pedazo de pan el cual tomé con mi boca-


Desayuné con ella y su mamá, luego le dije a la profesora que me dejara salir un rato con Ros y ella aceptó rápido. Ese día nos la pasamos en un parque, caminando, comiendo y luego nos recostamos en el pasto a platicar de como nos imaginábamos que serian las cosas en un futuro. Los días eran únicos con ella.

Mi Mejor Casualidad «FREDDY LEYVA»Where stories live. Discover now