9.

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—Anoche estuve por aquí —Alison parece metida en sus asuntos, pero librarme de uno de sus interrogatorios iba a ser casi imposible—, todo estaba apagado y me canse de golpear la puerta.

—No te escuche —Miento, fijando mis ojos sobre ella por un momento. Iris cafés se posan sobre los míos azules, observándome con curiosidad—. Me quede dormida temprano, estaba cansada.

Cuando Alison asiente, sé que puedo volver mi vista a la sartén, el tocino dentro de este está completamente dorado cuando lo coloco en un plato.

Apago el fuego, para luego tomar mi plato.

Era miércoles por la tarde, y las clases ya habían quedado de lado. La presencia de Dash faltando desde el inicio de la mañana en cuanto no sentí su mirada sobre mí.

Él, la noche anterior, se había marchado apenas termine mi café, dejándome completamente sola en la cafetería.

—¿La universidad ya te esta agobiando? —Niego con la cabeza, sentándome frente a ella.

—Solo tuve un día ajetreado —Un poco de tocino del palto termina dentro de mi boca, en cuanto las palabras salen de mis labios—, ¿y tú? ¿Cómo va todo?

El suspiro emitido por su parte me hace saber que algo mas ha ocurrido, sus ojos cafés se detienen sobre los míos por un segundo, y parece pensar con cuidado las palabras que dirá.

—Si te dijera algo sobre tus abuelos, ¿cómo lo tomarías? —Su pregunta me confunde, y debo masticar con cuidado cuando me encojo de hombros. ¿De qué diablos hablaba? Mis abuelos estaban muertos—. Quieren conocerte.

—Mis abuelos están muertos, tía.

Alison me dirige una mirada como diciendo "¿Hablas enserio?" y es cuando entiendo a lo que se refiere. Ella hablaba de sus padres. Las personas que habían iniciado todo esto.

Los únicos causante de que odiara a mi padre por no ser un hombre de verdad.

—No —Mi respuesta es rotunda, sin dar espacios a reclamos—. Me guste o no, mis abuelos están muertos.

—Holly...

—No quiero ver a nadie de tu familia, tía, sin ofender —Aclaro, alejando el plato de mi vista. Mi apetito había desaparecido con rapidez—. No pueden esperar a que diga "si" luego de 20 años, no los quiero en mi vida.

La conversación había terminado ahí, Alison opto por el camino correcto, e invento una reunión de última hora, sabiendo perfectamente que la mención de su familia, simplemente arruinaba mi estado de ánimo.

El recoger la ropa sucia de la semana, hacia que mi tarde pase aun mas rápido, dejando de lado el amargo recuerdo de la familia Parks. Odiaba ese apellido, me había quitado prácticamente todo, dejando sola.

Tal y como lo estaba en la gran casa.

Fuertes golpes en la puerta me hacen fruncir el ceño y, negándome a dejar que algún extraño tire la madera abajo, me dirijo a la misma.

La visión de grandes brazos completamente tatuados me reciben con fuerza, una camisa blanca que dejaba ver los tatuajes que cubrían su torso, y una gran sonrisa en aquellos gruesos labios me hacen fruncir el ceño.

—¿Qué haces aquí? —Sé que sueno hostil, y hasta altamente enojada, pero no había logrado sacar la irritación de las palabras de Alison en mi sistema.

—Estoy muy bien, Holly —El sarcasmo que tiñe su voz me hace rodar los ojos, y no pierdo el tiempo al intentar cerrar la puerta en su cara, pero el pie del tatuado frente a mí se interpone, arruinando mi meta—. ¿Estas en tus días?

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now