La despertaron los gritos y los disparos. Saltó del lecho y sacó la omnipresente escopeta debajo del hatillo de ropa que le servía de almohada. Luego decidió que no podía salir en ropa interior y se vistió a la carrera, guardó el Orbe en la mochila y salió de la tienda.
- ¿Qué ocurre?- gritó.
Y entonces lo vio. Varios jeeps que paraban allí mismo. Ciertos de hombres armados que asaltaban el campamento, armados con subfusiles. Y al mando de todos ellos...
- ¡Gunderson!
Lara maldijo una y mil veces no haber matado a ese hombre cuando había tenido la oportunidad.
En el campamento estalló el caos. Los excavadores, aterrados, huyeron hacia el único lugar que les pareció seguro: el baluarte. Los beduinos, que llevaban la guerra en la sangre, empuñaron las armas y con gritos salvajes se lanzaron al encuentro de los invasores. El resultado fue que unos tropezaron con otros y ser formó un tapón de gente aterrorizada y furiosa que chillaba y hacía aspavientos.
- Oh, vaya.- musitó Lara, fastidiada.
Los hombres de Gunderson corrían entre las tiendas. Acorralaban a la gente con sus armas. Los beduinos les plantaban cara, pero el pánico iba en aumento.
Lara se ocultó tras una lona. Esperó y cuando uno de los mercenarios pasó por su lado, saltó sobre él y lo tiró al suelo. Ella y su contrincante rodaron por la arena. Después de un breve forcejeo, Lara lo finiquitó con un certero codazo en la sien.
Se levantó a trompicones y miró a su alrededor. Los mercenarios habían prendido fuego a las tiendas y había varios cadáveres en la arena. De repente, alguien la empujó con fuerza y la arrojó al suelo. El empujón la dejó sin aliento. La metralla llovió a su alrededor.
- ¿Te has vuelto loca? - la voz de Kurtis sonó en su oído - ¿Quieres que te conviertan en el colador más bonito del Sáhara?
Los gritos de guerra de los beduinos resonaban por todas partes. Lara y Kurtis se arrastraron por la arena y se parapetaron tras una duna. Él sacó la Boran X y ajustó la mirilla encima del cañón.
Un mercenario apuntó hacia ellos, pero no le dio tiempo a disparar. Kurtis lo abatió de un tiro. Y a otro. Y a otro.
Lara se incorporó.
- ¿A dónde vas?
- ¡Cúbreme la retaguardia, Kurtis! ¡Tengo que encontrar a Putai!
Saltó hacia delante y echó a correr entre las tiendas. Kurtis soltó una maldición.
Los mercenarios, al verla, se lanzaron hacia ella. Tenían órdenes de capturarla. Pero no legaron a tocarle ni un pelo. Kurtis, rápido y letal, los liquidó uno por uno desde su parapeto.
Así Lara puedo llegar hasta donde Putai, arrodillada tras un jeep, con los labios apretados y aferrando con fuerza su bastón, contemplaba la batalla.
- ¡Lara! - gritó ella - ¿Quiénes son estos hombres? ¿Qué quieren?
- Me buscan a mí.- jadeó Lara - Putai, por favor, debes irte. Tú y tu gente. De inmediato.
La chamán beduina frunció el ceño.
- Mi pueblo jamás ha retrocedido ante el enemigo. Lucharemos.
- ¡No podéis luchar contra ellos! - Lara dio una patada en el suelo - Sus armas son mucho más sofisticadas. ¡Os diezmarán!
Entonces cesaron los tiros. Gunderson había dado una seca orden desde su posición elevada (estaba sobre una duna) y al instante los mercenarios cesaron el fuego. Los beduinos hicieron otro tanto, esperando el diálogo.
JE LEEST
Tomb Raider: El Sello Áureo
FanfictieDespués de su retorno de Praga, Lara Croft recibe una visita. ¿Es posible que Kurtis Trent no esté muerto? No te pierdas esta secuela del videojuego inacabado Tomb Raider: El Ángel de la Oscuridad. LCxKT. Portada de Hydraballista e ilustraciones de...