67. Eliminando amenazas

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CAPÍTULO 67:

67. Eliminando amenazas

Madison, 26 de abril de 2014

Dylan se había esperado un gran sermón por parte de Jordan pero él no parecía enojado. Ella sabía que lo que había hecho estaba mal, que decidió hacer sola algo que incluía a todos. Incluso se metió en una grande, Irwin había comenzado a sentir interés por ella y no dejaban de llegarles cartas, mensajes e incluso amenazas por parte de él pero nada tan escalofriante como "la última advertencia". En ese caso, Irwin había sido posesivo y dio una fuerte amenaza para que Dylan sea de su pertenencia. Jordan estaba preocupado, ni siquiera pudo enojarse con ella. No quería que se fuera de su vista o incluso que se fuera de su lado. Aun así, Jordan se la pasaba encerrado tratando de resolver algunos asuntos, nunca había estado tan preocupado. No iba a entregar a Dylan de ninguna forma, de eso estaba seguro, pero tampoco quería que la lastimaran o que un hombre como él deteriore a los lobos, tenía que armar una estrategia, hacer un plan. Con Irwin a la cabecera estaban vulnerables, el hombre manejaba todo a su gusto con solo levanta un dedo o decir una palabra. Aliarse con él había resultado más peligroso de lo que pensaban pero Jordan tenía un plan, uno del que Dylan iba a tener protagonismo. Los últimos días había faltado al colegio, tenía miedo de que la encontraran y se la llevaran, incluso no quería quedarse sola.

Otra vez ese miedo había regresado, otra vez sentía que volvía a tener doce años mientras trataba de escapar de aquellas grandes manos del mismo hombre que le dio la vida. Se sentía más vulnerable que nunca pero estaba harta de sentirse débil, quería hacer algo al respecto.

Dylan había tomado coraje y confió en la palabra de Jordan. Él sabía lo que hacía también sabía muy bien que cada plan que tenía, cada paso que daba estaba completamente calculado. Pensó dos veces antes de entrar a aquel edificio que le producía tanto escalofrío. Había dado una respuesta a todo aquellos mensajes e hizo lo que el último de ellos decía. Entró completamente sola e hizo todo lo que había hecho cada vez que asistía a aquel lugar por su propia cuenta, solo que esta vez trataba de ocultar el miedo. Se consoló a sí misma diciéndose que todo iba a estar bien, que iba a salir de acuerdo al plan.

Esta vez la escoltaron dos hombres vestidos de negro hacia aquel viejo depósito al que había ido a buscar aquello que le habían robado hacia unas semanas. Nunca se había sentido tan pequeña. La llevaron por una serie de pasillos que desconocía hasta toparse con aquel hombre que en poco tiempo se había convertido en un gran problema.

-Por fin decidiste venir. -Irwin abrió ambas manos al verla llegar.

-Parece que no me diste muchas opciones. -ella respondió conservando la calma.

Irwin sonrió y se acomodó en su asiento.

-Sabía que ibas a elegir venir conmigo a tener que sacrificar a tus amigos. -él continuó hablando mientras entrecruzaba los dedos de sus manos- Esa es la clase de persona que quiero que trabaje para mí.

-No me quieres para esa clase de negocios. -ella repuso- Si vamos a empezar a trabajar juntos será mejor que no me mientas.

La media sonrisa volvió a su rostro.

-Inteligente, joven, hermosa y valiente. -mencionó mirándola de pies a cabeza- Eres perfecta.

Dylan sintió asco al escuchar sus palabras.

-A parte de la verdad también quiero confianza. -Dylan trató de mantener la postura- Ellos dos podrían irse.

Señaló a los dos hombres que estaban detrás de ella con la mirada e Irwin no dejó de sonreír.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora