37. Regalos

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CAPÍTULO 37:

37. Regalos

—¡Dylan! —Calum había llegado corriendo a aquel callejón— ¡Diablos! ¡Casi me matas de un susto!

—Hey, lo siento. —ella lo calmó apenas llegó hacia ella— No había forma de decirte que había salido, ya te dije que me habían robado el teléfono.

Dylan mintió. Sentía que no tenía por qué mencionarle lo que realmente había pasado hacía unas horas, no quería preocuparlo y mucho menos hacerle entender que todavía estaba en problemas. Apenas la dejaron en el centro de Madison, Dylan llamó a Calum que, anteriormente, él había dejado varias llamadas perdidas y le dijo que alguien se atrevió a robarle el teléfono y que ella lo siguió para recuperarlo. Le mencionó haber tomado un taxi y que finalmente lo había alcanzado y así recuperó su teléfono. Sabía que era una historia poco convincente pero no tenía una idea mejor, Calum había notado la ausencia de Dylan, las llamadas perdidas lo decían. Además, por lo que Calum conoce a Dylan, sabía que era capaz de perseguir a un ladrón. Él sabía que su teléfono era importante para ella, para agregar, ella tampoco tendría el dinero suficiente para reponerlo.

—Podrías haberme avisado. —él reprochó.

Calum se alarmó al no ver a Dylan en su auto después de volver. Buscó por todos el lugar, incluso le preguntó a la gente que estaba allí si no habían visto a una muchacha con cabello corto y rubio de estatura media baja y nadie supo nada de ella. Fue entonces que la llamó como loco y Dylan no daba señales de vida, salió con el auto a buscar por los alrededores pero tampoco había rastros de ella. Después de que se le suban los nervios, su celular había sonado y al escuchar la voz de Dylan a través del teléfono hizo que se relajara por completo. Casi no podía entender como ella se pudo haber alejado tanto, aquello no le había dado buena espina al moreno.

—Estabas ahí dentro y no quería perder tiempo buscándote. —Dylan se justifica— No quería que ese idiota se llevara mi teléfono.

—Me diste un gran susto —Calum suspira—. Yo te dije que no te movieras de aquí, la última vez terminaste desarmando a un hombre.

—Pero eso fue porque yo me entrometí, no te preocupes. —ella intentó calmarlo nuevamente.

Si él se preocupaba por eso, se preocuparía aún más del verdadero motivo de su corta desaparición, mucho más de que sigue teniendo contacto con PJ, alguien que formaba parte de su pasado y que por el momento pretendía volver a tenerlo cerca. Eso también implicaba hablar sobre lo que había sucedido con Luke ya que desde ahí fue que resurgió todo, ella estaba más que segura de mantener lo de Luke en secreto.

—No vuelvas a asustarme de esa forma. —él parecía realmente preocupado, Dylan no pensó que Calum podría llegar hasta aquel punto.

—No, lo prometo. —ella suavizó su mirada y golpeó suavemente su hombro— ¿Ahora me llevas a casa?

—¿No quieres que tomemos o comamos algo por aquí? —él la invitó pero ella negó con la cabeza.

—Quiero ir a casa, estoy algo agotada. —lo rechazó— Creo que voy a dormir una siesta.

—Está bien, tal vez yo también necesite dormir un poco.

Los dos volvieron en silencio. Dylan mantenía sus ojos sobre la ventanilla haciéndose miles de preguntas, el hecho de que la hayan "secuestrado" y hablado con PJ hizo que el rumbo de sus pensamientos cambiara completamente de sentido. Calum también aportó a que Dylan se concentrara en sus pensamientos ya que no había dicho una palabra en todo el viaje, había notado que ella parecía necesitar su espacio y decidió dejarla tranquila.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora