22. «Te quiero»

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CAPÍTULO 22:

22. «Te quiero»

Mazomanie, 24 de junio de 2012

Se escuchaba una extraña melodía de las olas del viento y el crujir del césped bajo los pies de los jóvenes amantes. Dylan nunca se había sentido tan viva. No podía pasar ni un día lejos de Jordan que ya tenía el deseo de volver a verlo. Él la hacía sentir única, la hacía sentir como si su vida realmente valiera la pena. Finalmente sentía que era importante para alguien, alguien que no dejaba de demostrarlo a cada segundo.

Los dos se sentían diferentes, los dos tenían fuertes sentimientos hacia el otro pero ninguno de los dos tenía el coraje de decirlo. Dylan ya no quería callar esos sentimientos, ya no quería que Jordan la cuidara como si estuviera hecha de papel, mucho más sabiendo de que ella era una de las chicas más fuertes que pudo haber conocido en su vida.

Él era para ella lo más cercano a la familia y al amor que tenía, era el único que valoraba sus acciones, sus gestos, sus creencias y sus logros. Él era la única persona que podía entenderla, era el único con el que podía hablar y confiar sin ser juzgada. Él era para ella la salida a ese extenso laberinto del que ella pensaba no iba a poder salir nunca. Él era su escape, su sendero a la felicidad.

Ella era para él la llave de todos sus caminos, encontraba en ella la paz que nunca pudo encontrar. Ella tenía la inocencia que había sido arrancada de su vida desde muy temprana edad, podía ver en ella el chico que hubiera sido si no hubiera tomado el camino equivocado. Ella era para él la luz que se había extinguido hace mucho tiempo, una luz que había desaparecido de a poco mientras las personas a las que él quería dejaban de existir. Ella se había vuelto el mayor de sus sueños y también de sus miedos, se sentía la persona más egoísta e hipócrita del mundo. Él sabía que si esa pequeña muchacha de ojos grises seguía en su camino, iba a arrastrarla al mundo del que él tenía tantas ganas de huir. Iba a hacer de ella lo que alguien más había hecho con él hace varios años atrás, pero parecía preso de sus propios impulsos. Sentía que sin ella, iba a perder la esperanza y esa sensación de alivio y paz para siempre.

—Es un bonito lugar, ¿no crees?

La voz de Dylan parecía ser más calma de lo usual. Una vez que los dos habían llegado al sitio que ella los había conducido, se sentaron en una roca que deba una hermosa vista del bosque de Mazomanie, el lugar que siempre quedaba en la memoria de Dylan, llena de hermosos recuerdos.

—Nunca había venido aquí —el moreno responde con los ojos al frente—, parece...

—¿Tranquilo? —ella desvió su mirada hacia el perfil de Jordan y él sonrió de lado y conectó sus ojos con los de ella.

—Iba a decir perfecto pero lo tuyo también cuenta. —Dylan sonrió.

—Nunca traje a nadie a este lugar, ni siquiera a Riley—dijo con serenidad—, no desde que quedé sola.

—¿Por qué no?

—Porque supuse que no le interesaría. —ella se encogió de hombros— Riley prefiere ir a lugares donde estén repletos de gente.

—Y a mí me gusta ir a lugares dónde solo pueda estar contigo. —él dijo casi en un susurro acercándose aún más.

Dylan acercó su rostro al de él apoyando su frente con la de él evitando que sus labios se unan largando un largo suspiro.

—Me importas mucho, Jordan. —ella quería ser sincera con él de una vez por todas. Necesitaba sacar afuera todo eso que alguna vez tuvo ganas de decirle— Quiero tenerte cerca.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora