Capítulo 4

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Daniel

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Daniel

Entro a la oficina que tengo en el piso de arriba del taller de mecánica Baxter dando un portazo y tratando de controlar mi ira. Miro mis manos, las que acaban de maltratar a esa chica, y quiero arrancármelas. Nunca en mi puta vida le he hecho daño a ninguna mujer. Mi abuelo Frank me lo dejaba claro todo el tiempo, pero maldita sea si de espaldas a mí, ella no parecía un chico con ese mugriento abrigo negro que tenía puesto, y cuando dijo que mi club era una mierda, vi rojo. Nadie habla así de los Dragones MC y vive para contarlo. Como presidente, soy el responsable de todos ellos. Los guío en las buenas, en las malas, y ellos también saben que pueden contar conmigo, siempre. Todo club de motoristas merece respeto, y si no es así, entonces no nos quedaremos de brazos cruzados porque por cada hermano, por cada ideal, luchamos hasta el final. Esta es mi vida desde que era un niño. Es todo lo que conozco, motos y hermandad.

He tenido una mañana de mierda, resolviendo asuntos del club para mantenerlo seguro, ¿y esto es lo que me encuentro al llegar? Problemas familiares de los que no estoy enterado, cuando debería saberlos y resolverlos. Estoy cansado, estresado, y molesto como el infierno. Tengo muchas preguntas y Max me las tendrá que contestar todas. No aguanto mierda de nadie y menos que me mientan y me traicionen después de dar mi entera confianza. No traicionas a un hermano. Punto. Si lo haces, hay consecuencias. Nos reunimos en la mesa, lo llevamos a votación, y luego decidimos lo que vamos hacer al respecto. Y como líder, siempre haré lo que sea necesario a favor del club y por mi familia.

El sonido de golpes en la puerta me saca de mis oscuros pensamientos.

—Adelante —mascullo.

Max entra y enseguida empieza: —Hermano...

Pero lo corto: —Siéntate. —Él se sienta, y sin rodeos le pregunto: —¿Qué edad tiene?

—¿Quién?

—Sabes muy bien de quién estoy hablando. Ella. Tu hermana.

—Ah, dieciocho... veinte creo —replica, encogiéndose de hombros.

Lo miro sin dar crédito. —¿Estás jodiéndome? ¡Parece menor de edad! ¿Y cómo demonios no sabes cuantos años tiene y por qué vino sola hasta acá? Con toda la mierda afuera, todavía no es seguro y lo sabes.

—Mira, hermano, nosotros nunca fuimos muy apegados. Ya sabes que me largué como la mierda de casa antes de los dieciséis. Ella es terca como una mula y apareció de repente porque no sabe nada sobre esta vida —explica, con evidente molestia.

Sigo molesto. —Nos hemos conocido por cuánto, ¿siete...ocho años? Y nunca mencionaste que tenías una familia, me dijiste que eras solo tú. Así que lo preguntaré solo una vez, ¿qué carajos, Max? ¿Por qué tu hermana viene a mi taller a pedirte dinero? Bueno, que me jodan si ella no lo dejó muy claro, pero lo más importante es, ¡¿por qué coño no quisiste dárselo?! —le espeto, y él se levanta pasándose una mano bruscamente por el cabello en señal de enojo.

—No es tu maldito problema, hermano.

—¿Que no es mi problema dices? —hablo duramente—. Es mi problema cuando me ocultan cosas importantes, es mi problema cuando es sobre uno de los hermanos del club, y es mi maldito problema cuando pasa en mi territorio. Pero por si se te olvidó, déjame recordártelo, nos apoyamos y nos cubrimos las espaldas unos a otros, hermano. Somos familia. ¡Nuestro maldito lema!

Max suspira pesadamente y mira hacia el techo, y luego a mí: —Lo sé, Daniel, y en verdad lo siento por habértelo ocultado. Simplemente, no quiero involucrarlas en esta vida, eso es todo. En donde viven, están seguras, y hasta ahora no les ha pasado nada.

Lo miro estudiándolo, y negando lentamente, digo: —Porque será que siento que me estás mintiendo, Max. Has estado extraño últimamente y no soy el único que lo ha notado. ¿Es por Rachel? —pregunto, y lo veo tensarse al instante.

—Mierda —murmura, incómodo.

—Hombre, dices que tu hermana es una terca, pero tú eres igual. Te aconsejé muy claramente que no te metieras con ella. Rachel es una exprostituta y de las caras.

Él se acerca a mí. —No la llames así, hermano. Ella ya dejó esa vida —me espeta enojado—. Rachel es mi mujer ahora, así que espero algo de maldito respeto.

Suspiro. —Sí...tienes razón y lo lamento, Max. He estado muy estresado últimamente con los asuntos del club, pero si escogiste a Rachel, ella merece el respeto de todos y nadie habla mierda de ella, nadie la mira, nadie la toca. Ella es tu responsabilidad ahora. Dime, ¿ya le diste tus letras?

—Sí, es oficial. Ahora Rachel es mi mujer —dice satisfecho—. Necesito unos días libres para estar con ella, ya sabes, para celebrarlo como se debe.

—Cancélalo por el momento —digo y se tensa—. Sabes que tenemos demasiado trabajo en el taller, pedidos de última hora, reparaciones de autos para clientes exigentes, y con los problemas del club que tenemos ahora encima, no hay tiempo para fiestas, pero los tendrás hermano, te lo prometo.

—Está bien. Esperaré. —Max asiente, no muy contento—. ¿Todo salió bien allá afuera? —me pregunta—. Tenía mierda que hacer y no pude acompañarte.

—Sí, todo bien, pero te necesitaba allí, Max. Ahora paga tu multa por no asistir y te espero en la reunión de esta noche —hablo lentamente, mirándolo—. No sé qué pasa contigo realmente, pero para la próxima salida, te quiero en la carretera como todos. En estos momentos, tenemos que estar más unidos que nunca.

—Allí estaré sin falta, prez —pronuncia solemne—. Sabes que siempre puedes contar conmigo.

Asiento, más calmado. —Hablando de otra cosa —dudo, pero tengo que saberlo—. Tu hermana, ¿estará bien? Parecía...frágil —le comento, sintiéndome culpable por haberla lastimado.

—Lo estará —afirma con confianza.

Pero aun así, no estoy seguro, y le aconsejo: —Arréglalo, Max.

Seguro de sí mismo, él camina hacia la puerta, la abre, y antes de irse, me asegura: —Lo resolveré, Daniel. Siempre resuelvo mi mierda.

—Eso espero —le advierto.

Y cuando se va, la conversación que acabo de tener con él está completamente olvidada, porque me quedo pensando en esa chica de aterrorizados ojos claros, y que en ningún momento le dije que lo siento.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora