23. CORRERE EL RIESGO

7K 438 58
                                    

TATE 

No sé cuánto tiempo estuve dormida, muchos menos soy consciente de cómo llegué aquí. Llevo mi mano a mi cabeza y me quejo de dolor.

- ¡Tate, gracia a Dios! – profiere mi madre con voz temblorosa - ¿te sientes bien? , ¿te duele algo? Dime algo, mi amor

- Me duele un poco la cabeza y tengo sed – mi voz suena ronca, casi irreconocible. Mi madre sale de la habitación y vuelve acompañada de una doctora. Ella me hace las preguntas reglamentarias y concluye que estoy bien. Poco después, entra mi padre con la misma expresión que tenía mi madre hace unos momentos.

- Cielito estaba tan preocupado por ti ¿Que sucedió? – su pregunta hace que recuerde la razón del accidente, trago saliva y aclaro mi garganta antes de hablar. Justo en ese momento, entra Corbin.

- No vuelvas a asustarnos de esa manera, pequeña – exige realmente preocupado. Articulo un lo siento y bajo la cabeza – allá afuera está Miles bastante alterado, voy por él – escuchar su nombre provoca un escalofrío en todo mi cuerpo, trato de disimular pero fracaso completamente.

- ¿Fue su culpa Tate? – pregunta mi padre furioso

- ¡No! – grito. Quizás exageré al gritar, pero no quiero que piensen que esto fue su culpa. No debí manejar de esa forma y menos mientras lloraba.

- Tranquila, cariño, tu papá solo está preocupado.

- Lo sé, mamá. Lo siento. Aún estoy un poco alterada. Vayan por algo de comer sí, estoy bien- No quiero que ellos estén aquí cuando entre Miles. A regañadientes, papá acepta. Segundos después, él entra con una mirada de terror y culpa. Corre hacia mí y se desploma en sollozos en mis piernas. Nunca pensé volverlo a ver tan vulnerable, desde que su mamá murió no lo vi llorar más. Acaricio su cabello y susurro un estoy bien, pero él no lo acepta.

- No, Tate, no lo estás. Tienes dos puntos en tu cabeza y estuviste inconsciente por más de una hora. Todo esto es mi culpa, si tan solo te hubiera dado una explicación...- No dejo que siga martirizándose e interrumpo sus palabras.

- No te culpes Miles, yo no debí manejar a esa velocidad – es la verdad, fui una tonta al presionarlo. Si no está preparado para hablar del asunto, estoy dispuesta a esperar. Tiene razón, lo que importa es que podemos estar juntos ahora.

- Tate, te prometo que me alejaré de ti. No dudes ni por un instante que te amo, preferiría morir antes de que algo te sucediera por mi culpa. Así que lo mejor es que no te vuelva a buscar – Sale sin dejarme decirle que no importa, que no necesito que me diga nada más, que soy suya. Siempre lo he sido. Grito su nombre, pero él no regresa. Me levanto de la cama y salgo al pasillo llamándolo de nuevo, pero no está. Un sudor frío provoca que mis piernas se sientan débiles, camino apoyada en la pared por el pasillo tratando de encontrarlo mas es inútil. A punto de caer al suelo, Corbin me sostiene por el codo y me lleva de nuevo a la habitación.

- Necesito hablar con Miles, búscalo por favor – ruego a punto de llorar. Mi hermano sale de la habitación cumpliendo a mi petición. Espero que no sea tarde.

No sé en qué momento me quedé dormida, cuando abro los ojos, la habitación está oscura, solo una pequeña luz tenue me deja distinguir algunos detalles.

- Mamá – ella se levanta del pequeño mueble ubicado en una esquina de la habitación.

- Dime, pequeña – sonrío un poco cuando pronuncia ese apodo, Miles fue el primero en llamarme así y desde entonces todos lo hacen.

- ¿Qué hora es? - mi pregunta quizás es tonta, pero necesito saber cuánto tiempo llevo dormida.

- Cariño son las ocho – ¡oh mi Dios!, creo que no dormí: caí en coma–. Te pusieron unos analgésicos para que descansarás. – asiento entendiendo porque dormí tanto-. ¿Hay algo que quieras decirme, Tate?
Tengo una idea a donde se dirige su conversación, pero me hago la tonta.

UGLY LOVE: FOREVER YOU (editando)Where stories live. Discover now