CAPÍTULO 14. ZOPENCO

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- Rachel ¿dónde estás? No te alejes.

- Miles –su voz suena hueca y lejana.

- Rachel, aquí estoy.

- No te veo, Miles.

- Dame tu mano, Rachel, estoy aquí- Veo su silueta a lo lejos, un vestido blanco cubre sus pies, trato de alcanzarla, pero cada vez que lo intento se aleja más.

- Te amo Miles - resuena en el vacío y se repite como un eco.

- Rachel – grito con todas mis fuerzas, extiendo mis manos para alcanzarla, pero es inútil, ella cae al vacío.

- Noooooooooooooooo – grito más fuerte.

Abro mis ojos y miro a mi alrededor, estoy empapado en sudor, mi pecho sube y baja velozmente, mi respiración está tan agitada que se hace difícil respirar. Estaba soñando, pero no recuerdo el sueño, muchas veces me ha pasado así. Trato de recordar, pero es como si mi mente los bloqueara.

Me levanto de la cama, camino hasta la cocina y abro la nevera, tomo jugo de naranja directo de la botella hasta estar satisfecho. Mi apartamento luce vacío y sin vida. Solo tengo dos sillas en el mesón de la cocina, no hay muebles ni cortinas. Me siento en la silla y presiono mis codos en el mármol y acuno mi rostro con mis manos. Han pasado dos días y no he sabido nada de Tate. ¿Estará molesta conmigo por lo que le dije? Corbin está trabajando y no sabe nada de ella. Estoy a punto de volverme loco en este encierro. Necesito verla, pero no tengo idea de donde puede estar.

Miro el vendaje en mi brazo y caigo en cuenta de que no ha sido curado en días, debo ir al hospital, quizás tenga suerte y la encuentre allí. Me ducho rápidamente, me coloco un pantalón, un suéter y mis convers negras. Salgo del apartamento y tomo el ascensor.

- Hola, Cap –lo conozco desde hace muchos años, trabajó en los edificios de apartamento de mi padre desde antes que yo naciera. Antes, trabajó con mi abuelo haciendo lo mismo.

- No la dejes ir –dice serio.

- ¿a quién? -le pregunto dudoso

- Tú sabes a quien me refiero, Miles. – Las puertas del ascensor se abren y salgo sin decir palabra. A Cap no se le escapa nada. Tomo mi auto, enciendo la radio y dejo pasar algunas emisoras, nada me llama la atención, la apago y manejo en silencio. Mi mente viaja hacia distintos pensamientos van de Cap a Tate, de mi pasado con Rachel, de lo que puedo esperar en el futuro. ¿A caso soy egoísta al querer pensar en un futuro junto a Tate? No tengo una respuesta para ello.

Estaciono mi auto en el hospital, salgo del coche y hago mi camino hacia la puerta, mis pasos son lentos pero firmes. Mi corazón se acelera con cada paso que doy. Cruzo el pasillo buscándola. No me cuesta mucho hacerlo, en cuanto la veo, la llamo por su nombre. Ella se voltea lentamente, su cabello está suelto y cae en sus hombros.

- Hola, Miles. No esperaba verte aquí.

- Bueno, en vista de que mi enfermera personal no ha ido a curarme... –respondo en tono bromista, aunque la verdad es que he pensado en ella y en lo que pudo estar haciendo con el monigote de su novio.

- Lo siento, Miles, he estado muy distraída con lo de Tommy y lo olvidé.

- ¿Tommy?

- Tommy es el hijo de mi amiga Brenda, por eso me fui ese corriendo ese día, él tiene solo tres añitos y tuvo una fuerte caída. Erick lo operó hace dos días.

- No lo sabía, Tate. ¿Cómo está el pequeño?

- Estamos esperando que despierte, sino lo hace hoy.... –Me cuesta ver a Tate tan mal y no abrazarla como quisiera.

UGLY LOVE: FOREVER YOU (editando)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن