CAPITULO 11. PUDIERA SALIR CORRIENDO....

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TATE POV

Cuando me fui de California, decidí olvidarme de Miles, borrarlo para siempre de mi memoria. No quería verlo más. Su presencia era en recuerdo de lo que no pudo ser. ¿Por qué iba a torturarme sabiendo cada detalle de su vida? Fue doloroso y triste, pero lo superé, o eso creí hasta hace unos días.

No me explico qué vino a hacer en San Francisco, estaba a salvo de él aquí. Él era mi pasado. Ahora vuelve a estar tan presente como antes, como si nada hubiera cambiado.

Me niego a permitir que mi vida vuelva a girar en torno a él.

Yo amo a Erick, él merece cada uno de mis pensamientos.

Cuando voy al gimnasio, solo me ejercito una hora, esta vez necesité mucho más tiempo. Debía descargar toda la adrenalina que me invadió al ver a Miles en mi edificio. Sé que él no quiso hacerme daño, pero lo hizo. Estar cerca de él me hace sentirme de nuevo vulnerable. No lo culpo por no corresponderme, el dolor más grande lo causó su indiferencia.

Erick me está llamando. Debo contestarle, no lo he visto desde hace dos días.

- Morenita, te extraño. Me haces falta, amor.

- Lo sé, mi vida, yo también te extraño. ¿Dónde estás?

- Estoy en tu edificio, voy subiendo – espero que no se consiga con Miles, tendré que darle muchas explicaciones si lo hace.

- En cinco minutos estoy allá. – Afortunadamente, el gimnasio queda a dos cuadras del apartamento. Introduzco las llaves en la puerta y quedo literalmente pasmada. El cuadro no es nada alentador, un serio Erick está sentado en uno de los sofás justo al frente de Miles y Corbin, que sonríen mientras se toman unas cervezas. Erick se levanta enseguida al verme en el umbral. Me abraza y me besa como si no hubiera mañana.

- Te extrañé mucho, morenita. –Me sonrojo enseguida, no soy el tipo de mujeres que demuestra sus afectos en público.

- Peque ¿crees que es justo que me enterara que estás comprometida por los periódicos? – pregunta Corbin disgustado. En verdad se ve molesto, nunca lo hace. Pongo los ojos en blanco

- ¿Y cuándo querías que te contara si llegaste hoy? Por cierto, el regalito que me encontré te saldrá caro. –Trato de disimular mis nervios, tener justo en la sala del apartamento a Miles y a Erick nunca lo había imaginado.

-Miles ¿cómo sigues? –No puedo ignorarlo.

- Ahora que estoy aquí, mucho mejor – responde ladeando una sonrisa. Y le lanzo  una mirada amenazadora que dice "no te quiero aquí ", antes de tomar la mano de Erick y llevarlo a mi cuarto. No voy a esperar que Miles diga algo más.

- ¿Entonces? Amigo de Corbin ¿eh? -inquiere Erick frunciendo el ceño.
Mierda, estoy entre la espada y la pared. No creo que decirle la verdad sea una buena idea.

- Sí, ya te dije, amor – le respondo mientras me siento en la cama para deshacerme de mis Nike.

- ¿Cómo se llamaba el amigo de Corbin que te rompió el corazón en mil pedazos?
¡No¡ Había olvidado que le conté de él. Ya debe saberlo. Igual me resisto a responder.

- ¿Para qué lo quieres saber? Ya no importa -Camino hacia el baño. Erick me mira en silencio en el paso de la puerta mientras me lavo el rostro.

- Es él,  ¿verdad? ¿Es Miles?
Mi rostro palidece enseguida. ¡Lo sabe!

-Sí – respondo en un tono casi inaudible.

- Tate –susurra-. ¿Por qué no me lo dijiste? -Más que enojado, parece decepcionado.

UGLY LOVE: FOREVER YOU (editando)Where stories live. Discover now