CAPITULO 12. ¿PUDO EXISTIR UN NOSOTROS?

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MILES

Su teléfono comienza a sonar. Mira la pantalla por unos segundos antes de responder.

- Hola, amor ¿está todo bien?
Debí saberlo, es el monigote de Erick.

- Está bien, voy para allá. Tengo que irme Miles - dice sin mirarme y se va.

Trato de recordar cuándo fue el momento exacto en el que pudo existir un nosotros. Sucedieron tantas cosas a lo largo del camino que perdí de vista el norte. Siempre la quise, pero no lo quería aceptar. El miedo me paralizó. Pensaba más en lo que pasaría si no funcionaba y en cómo perdería a mi mejor amiga que en lo bueno que seríamos juntos. No le di una oportunidad. En vez de enfrentar mis sentimientos por Tate, utilicé a Rachel como una vía de escape. La llegué a amar tanto que olvidé por completo lo que Tate significaba para mí.

Cuándo la conocí

Corbin fue mi amigo mucho antes de conocer a Tate, éramos el dueto perfecto en la secundaria, un imán para las chicas, se podría decir. Mi reputación era muy conocida "cero compromisos".

Cuando Corbin me dijo que su hermana sería transferida a la secundaria por sus excelentes calificaciones, me advirtió que ella estaba dentro de los límites, no te acercarás a ella y prométeme que no la follarás fueron sus palabras. Prometí que entre ella y yo no habría nada, de haber sabido como lucia Tate, no lo hubiera prometido, pero debía cumplir mi palabra. Ese fue mi primer error.

- Miles, ella es Tate, mi hermanita - entrecerró sus ojos amenazándome. Ella es tan dulce, su hermoso cabello castaño y sus ojos miel me cautivaron enseguida.
"No" gesticuló Corbin detrás de Tate.

- Hola, pequeña – solté sin pensar.

- Mi nombre es T A T E – hizo énfasis en cada letra.

- Ya lo sé, pequeña – dije de nuevo. Ella frunció el ceño y salió muy enojada del cafetín.

- Tiene su temperamento tu hermanita - dije riendo.

- Ni lo digas – refutó Corbin girando los ojos.

Amigo de una chica ¿podía eso ser posible? Pues así debía ser, le prometí a Corbin que no tendría nada con ella pero ser amigos no le hará daño a nadie. Tate es el tipo de persona que está contigo en cualquier circunstancia, sea buena o mala. Ella estuvo conmigo en todas. Un año después de haberla conocido, mi madre fue diagnosticada con cáncer. Nunca me abandonó, lloré muchas veces en su regazo mientras ella acariciaba mi cabello. El cáncer estaba muy avanzado, mi mamá iba a morir y así sucedió once meses después.

Escapé de casa con la ilusión de que al volver mi madre estaría de vuelta. Mi papá estaba enloquecido buscándome sin tener suerte durante dos días. Tate me encontró horas después de haber huido. Le supliqué que no lo dijera a nadie y así lo hizo. Cuando estaba triste, me refugiaba en una casa abandonada cerca de la playa y ella lo sabía.

- Miles, ¿estás aquí? – Tate me encontró trayendo consigo unas mantas y una cesta llena de comida.

- Aquí estoy, pequeña – respondí ahogando mis lágrimas

- Sabía que estarías aquí, tu papá está muy preocupado – ella se sentó en la arena con sus piernas cruzadas.

- No se lo digas aún por favor – necesitaba alejarme un poco de la realidad.

- Te traje helado de vainilla con doble ración de chispas de chocolate y una hamburguesa de carne sin verduras, como te gusta –explicó mientras sacaba las provisiones de la pequeña cesta. Sabía exactamente todos mis gustos.

- No tengo hambre.

- Hagamos un trato, tú comes y yo no le digo nada a tu padre – asentí. Era un trato justo. Dormimos esa noche juntos en la pequeña cabaña. La abracé todo el tiempo hasta quedarnos dormidos.

***

Ella estuvo conmigo en los momentos más oscuros. Cuando volví a casa no podía dormir, ella me acompañó los primeros días. Vimos más de treinta películas en menos de una semana, ella quería distraerme y vaya que logró hacerlo.

Me costó mucho volver a ser yo mismo. No lo hubiera logrado sin ella. ¿Cómo fui tan tonto al no darme cuenta de sus sentimientos? Solo una persona que ame a otra haría todas esas cosas por otra. Quizás no lo quería ver, me repetí tantas veces que debíamos ser solo amigos que lo llegué a creer.

Una tarde, estábamos lavando mi coche, comenzamos a jugar con la manguera hasta quedar completamente empapados. Corrí detrás de ella para atraparla. La manguera se enredó en mi pie y caí encima de ella. Nuestros labios estaban tan cerca que sentía el aire que salía por su boca. Quería besarla. Lo analicé durante unos segundos y me resistí. Ese fue mi segundo error. De haberlo hecho, nos hubiéramos ahorrado tanto sufrimiento.

Había dejado a un lado eso de ser un playboy cuando murió mi madre, pero necesitaba tener una excusa para no pensar en Tate. Comencé de nuevo a salir con chicas, muchas chicas. Tate me ayudó contándome lo que le atraía a las mujeres de los hombres. Ella era mujer así que ¿Quién mejor para hacerlo? Fui realmente un idiota. La utilicé para mi beneficio sin saber que ella me amaba, que sufría en silencio. Solo estaba siendo una buena amiga.

Ahora que lo pienso ¿fui yo un amigo para Tate o solo ella lo fue para mí? No hice grandes cosas por ella. No sabía cómo le gustaba su helado ni mucho menos que tipo de comida prefería. Supe que quería ser enfermera cuando escuché una conversación entre ella y Melani. Nunca le había preguntado. En una oportunidad, le di un pastelito que contenía maní. La llevaron de emergencia a punto de morir. Era alérgica. Ella aseguró que me lo había dicho hacía un tiempo. No lo recordaba. Desde ese día, presté mucha más atención a lo que decía. Casi muere por mi culpa.

Luego conocí a Rachel y me deslumbré, dejé a un lado a Tate, la abandoné, como ella dijo. Debí hacerlo por Rachel, ella me advirtió que me alejara de Tate si quería que lo nuestro funcionara. Ese fue mi tercer error. Nadie debe obligarte a decidir entre tu relación y una amistad. No fue su culpa, fue la mía por no enfrentarme a ella y decirle que Tate era mi amiga y que debía respetarlo.

Luego ella se marchó, traté de encontrarla, pero no quería saber nada de mí. La defraudé por completo y tenía razón en no querer hablarme. Nos distanciamos totalmente. Cuando supe que Rachel estaba embarazada, en la única persona que pensé fue en Tate. Quería contárselo a ella primero. pero no estaba para mí.

Me ahogué en mi dolor durante todos estos años cuando perdí a Rachel. No quería pensar en nada más. Me convencí de que no merecía el amor de nadie y mucho menos el de Tate. No fue fácil para mí tomar la decisión de buscarla. Aún me siento culpable por lo que sucedió, pero no puedo seguir viviendo así.

Nunca perdí el contacto con Corbin. Él me sugirió que me trasladara a San Francisco, que cambiara de ambiente. No estaba seguro hasta que mencionó que Tate se había mudado con él hace unos meses. Eso fue lo que me motivó a hacerlo.

He tenido el tiempo suficiente para pensar en lo que ella significa para mí. Estaba ciego, pero ahora lo veo claro. La necesito en mi vida y lucharé hasta que me vuelva a amar como antes.

Siempre fuiste tú, Elizabeth Tate Collins.

Debo decirle todo ahora mismo. Desperdicié mucho tiempo antes y no lo haré ahora. Cruzo el pasillo con mis pulsaciones aceleradas, nunca había estado tan nervioso antes por hablar con Tate.
Tranquilo, Miles.
Luego de cuatro toques la puerta se abre.

- Corbin ¿está Tate? – le pregunto tocando mi nuca.

- Ella salió hace un rato bastante apurada, creo que pasó alg,  pero no le entendí mucho. ¿quieres pasar?

- No está bien, iré a dormir un rato – ¿Qué habrá pasado? tengo tantas cosas que decirle que siento que si no lo hago pronto voy a estallar. Estamos tan cerca y a la vez tan lejos.





UGLY LOVE: FOREVER YOU (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora