Epílogo I: Despertar

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*Nota de autora*

Lamento no poder publicar ayer, pero me pasó algo bastante estúpido y genial al mismo tiempo. En mi país hubo un pequeño sismo, y cuando fuí al instituto a clases, resulta que las suspendieron por una inundación por unas tuberias dañadas. Y me dieron libre también hoy, así que aprovecho para publicar la primera parte del epílogo :D

Cuando termine los dos epilogos, continuare con "Mi vecino de ojos azules" y retomaré la publicación de "Suicide Boy"


Haru

Oscuridad total...una inmensa capa que me rodea...me envuelve y me atrapa...en sus redes no hay nada más que resuene. Ningún sonido pasa por aquella enorme sombra...


Siento el pitido de una máquina...o tal vez sea más de una...

Trato de moverme, pero varios ramalazos de dolor empezaron a azotarme en el cuerpo. Abrí un ojo, y me encontré con varias máquinas de soporte vital conectadas en mi antebrazo derecho: Una intravenosa con un líquido transparente, otra que me donaba sangre, un monitor cardíaco y otro que medía actividad respiratoria y cerebral

-¡Oh, ya has despertado!-me saludó una voz alegre. Miré a una mujer baja y menuda, que al parecer era mi enfermera

-¿Estoy...en el hospital?-pregunté. Mi voz sonaba gastada y adolorida

-Así es. Llegaste de urgencia de hecho; había otro paciente, pero lo perdimos en el camino-abrí un poco los ojos por el asombro, pero llegó la confirmación tan anhelada. Sousuke estaba muerto definitivamente

-Disculpe que pregunte, ¿habían otros dos chicos junto a mí?-traté de sentarme, pero la gravedad me devolvió a la cama, con un doloroso quejido

-¡No te debes levantar todavía!-había exclamado la mujer, mientras acomodaba mi almohada contra mi cuello-Y sí, habían dos muchachos acompañándote. Siempre venían a visitarte-sonrió y me contagió su sonrisa-Debo notificar al doctor Shigino que ya estás consciente-la mujer salió de aquella limpia habitación de hospital. Tomé un poco más fuerte la colcha que me cubría y me percaté de varias manchas de sangre que la rodeaban

Tenía miedo


-¡HARU!-la puerta estalló y me encontré con Makoto, quién venía completamente desarreglado. Se tumbó a mi lado derecho y me besó repetidas veces el rostro

-Makoto...basta...-beso tras beso siguió, hasta que una mano lo apartó, desde el cuello de la camisa

-¡Ya basta Mako-chan!-chilló Kisumi, con una mano en su cadera y la otra tirando del cuello de Makoto-¡El pobrecito aún está convaleciente!-lo soltó y dejó que se acomodara a un lado de la cama. Una persona más entró a la habitación, y resultó ser un hombre de casi 40 años, de cabellos rosáceos oscuros y ojos azules, con la indumentaria propia de un médico

-¡Vaya, parece que interrumpo algo!-comentó aquel hombre, de sonrisa que me parecía afable-Disculpen, pero me presento. Soy Kyoshi Shigino, y seré el responsable de atenderte de ahora en adelante-aquel hombre me enseñó sus ojos de Ghoul, y mantenía aquella sonrisa profesional, propia de su profesión. 

-Mucho gusto-correspondí-Disculpe la pregunta tonta...¿Pero usted es algo de Kisumi?

-¡Claro que soy algo de Kisumi, soy su padre!-sonrió aquel hombre, que se acercó a su hijo y lo envolvió en sus brazos

-¡DÉJAME PAPÁ!-reclamó mi amigo de cabellos rosáceos, removiéndose en los brazos del hombre que profesaba ser su padre. Se soltó al fín y no pude evitar sonreir-¡¿No deberías estar trabajando?!

-¡Ah, claro!-el hombre de cabellos oscuros profesó, endureció su mirada y me miró serio-Bueno señor Nanase, su diagnóstico es muy delicado. Sufrió una perforación estomacal y un derrame de ácidos, además de unas severas fracturas de esternón. Para ser más crudo, su estómago y su corazón resultaron muy dañados-me aferré con mayor fuerza a las sábanas

-¿Cómo es que sigo vivo?-pregunté. Los tras hombres de aquella habitación se miraron entre sí, para después mirarse entre ellos. La angustia que profesaban sus miradas me hizo removerme nervioso entre las mantas blancas, con manchas de sangre-¿Y bien?

-Señor Nanase...anoche llegó otro paciente con usted. Era un Ghoul, al igual que nosotros. Había fallecido a los pocos minutos de haber llegado al pabellón de urgencias, pero descubrimos que su corazón y su estómago funcionaban

-¿Qué significa eso?-pregunté, con un temblor abandonando mi cuerpo. El doctor se llevó una mano a sus cabellos y suspiró

-Tuvimos que hacer un transplante de órganos. Del cuerpo del fallecido, logramos extraer el estómago y el corazón, y los tuvimos que traspasar a su cuerpo. Su cuerpo asimiló muy bien el funcionamiento de aquellos donantes-esta carga de información me estaba abrumando, me hacía doler la cabeza-Es el primer caso de un humano que recibe órganos de un Ghoul y los asimile como propios, en la mayoría de los casos, el paciente fallece

-Entonces...eso significa que...

-Así es, usted es mitad Ghoul-mitad humano-concluyó el médico-No tuvimos otra opción, era eso o dejarlo morir, y tanto yo como profesional, como Makoto y Kisumi como sus amigos, nos reducimos a la operación que lo salvaría

-¿Tengo sus ojos?-mi voz tembló en cuanto hice aquella. Asintieron los tres y cerré por un rato mis ojos azules, me concentré bastante y abrí los ojos. Kisumi me facilitó un pequeño espejo para verme, pero solo uno de ellos tenía la coloración de Ghoul, el otro seguía normal-¿Por qué no...

-Haru, eres un híbrido entre Ghoul y humano, por lo que posees la mitad de las capacidades-explicó Kisumi. Makoto tomó más fuerte mi mano


-¿Podrían dejarme a solas con Makoto?-pedí. Kisumi y su padre asintieron, salieron de aquella habitación. Él me miró fijamente, perdiéndose en mi nuevo ojo de Ghoul. Su expresión lucía arrepentida, así que tomé su mano y la besé suavemente-Tranquilo, tú no tuviste la culpa

-Quería salvarte-murmuró con la cabeza apoyada contra el colchón-Estaba desesperado por salvarte, que no pensé en las consecuencias de eso-mi mano fue a parar a sus cabellos y los acaricié como pude, aún con las molestas intravenosas en mi brazo

-Makoto, las cosas ya se dieron por algo. Y estoy vivo gracias a la decisión que hiciste, dudar ya no está permitido-le sonreí y me senté como pude en la cama. Makoto se levantó y me rodeó con sus brazos. Mi boca buscó desesperada la suya, uniéndose en un baile pasional. Fueron tantas tensiones que se liberaron con aquel beso, que no supe por qué mi estómago lo arruinó, soltando un gruñido que me aterró

-Debes estar hambriento-sonrió el pelicastaño, mientras se arremangaba la manga de su camisa, mostrándome su antebrazo-¿Por qué no me muerdes?-lo miré fijamente, aún vacilante ante la posibilidad que me ofrecía, pero este me regaló su más sincera sonrisa. Paseé la lengua por la piel de su brazo, y me detuve cerca de la muñeca. Le dí un beso y mordí aquella piel, arrancándole un pequeño gritito. Pude sentir el sabor de la sangre y de la carne de un Ghoul, a la par de que un estallido de placer y satisfacción me embargó

"Esto es lo que se siente...estar maldito al fín..." 

Solo una mordidaWhere stories live. Discover now