Cita

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Haru

-¿Una...cita...?-repitió Makoto, con un intenso sonrojo en la cara

Asentí de forma queda con la cabeza; le pedí a Makoto una cita. Me agradaba pasar tiempo con él, además de que parece buena persona, tierno y muy dulce.

-Si no quieres, no hay problema-me removí un poco incómodo entre mis piernas, a la par de que jugueteaba con la correa del bolso que llevaba en mi hombro

-¡-N-NO!-gritó el pelicastaño. Agitó la cabeza mientras el sonrojo en su cara crecía-¡E-en verdad me encantaría salir contigo!-respondió Makoto con una sonrisa

-¿De verdad?-pregunté completamente sonrojado y con los latidos del corazón en la garganta. Mis ojos se espesaron y pude jurar que me había saltado una lágrima traidora a la vista

-¡Claro que me encantaría una cita contigo!-respondió alegre, mientras me acariciaba una mejilla con delicadeza, deshaciéndose de la lágrima que había salido de mis ojos

-Bien-asentí y dejé escapar una risilla-Nos encontraremos a las 6 de la tarde, en la cafetería Shinto-tomé su brazo y salimos del salón de clases listos para nuestra próxima cátedra


Las 4:30 de la tarde; un sol brillante y una cita en un par de horas

Llegué al departamento completamente enloquecido. Mi pecho subía y bajaba debido a la emoción que me embargaba; le había pedido una cita al chico que me gustaba y me sentía peor que una colegiala enamorada

-¡Buenas tardes Haru-chan!-saludó mi amigo de cabellos rubios

No le contesté y simplemente me arrimé contra la puerta, con el sonrojo todavía presente en mi cara

-Nagisa...-gimoteé en voz alta y el rubio me miró-...le pedí una cita...a Makoto...

El rubio frunció un poco el ceño, pero su semblante cambió bastante y me abrazó con mucha fuerza, mientras chillaba en mi oreja

-¡POR DIOS POR DIOS POR DIOS POR DIOS POR DIOS!-exclamaba Nagisa mientras daba saltitos y palmas; un escalofrío recorrió mi espalda-¡Debemos prepararte para la cita!-el rubio me agarra del brazo y me arrastra a su dormitorio/estudio. Me sienta en la cama y revolotea en su armario. La habitación de Nagisa estaba pintada de amarillo claro y rosado, lo que combinaba con la actitud chillona del ojirosáceo

-N...Nagisa...-no creo que sea necesario...-murmuré con pesar; me sentí bastante extrañado mientras mi amigo sacaba mil y un cosas de su armario, que parecía dirigir a Narnia

-¡Tonterias!...Si quieres seducir a ese semental de ojos verdes...-me sonrojé con fuerza cuando le escuché ese apodo-...debes sacar tus armas mortales...-el rubio se relame un poco sus labios, mientras desembolsa una camisa azul oscuro, un sweater negro y unos jeans grises apretados

-¿De donde sacaste eso?-le pregunté mientras veía aquellas prendas

-Eran un proyecto de diseño de vestuario...lo aprobé y ahora es mío; quiero que tú te lo pongas, porque el chico con el que lo hice tenía tus medidas, además de que te verás fantástico-sonrió mientras me pasaba la ropa-¡AHORA SAL A DOMAR A LA BESTIA!-me empuja fuera de su dormitorio y cierra la puerta

Suspiré mientra me metía en el baño y me daba una ducha, estaba nervioso, pues era mi primera cita desde lo de Sousuke...Sentí unas nauseas arrebatadoras al siquiera pensar su nombre...Debía pensar en la cita, solo en la cita, solo en la cita...


La ventana de la mesa me daba una bella vista de la ciudad de Tokyo al atardecer. Jugueteaba con el azucarero que estaba encima y me arreglaba un poco la camisa. Saqué el celular de mi bolsillo y miré la hora; hace un cuarto de hora que llegué aquí y estaba nervioso todavía.

Solo una mordidaWhere stories live. Discover now