En un abrir y cerrar de ojos

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*Nota de autora*

¡¡¡¡¡¡EL BLOQUEO SE ACABA DE IR!!!!!!

Fueron 2 semanas muy angustiosas para mi, porque además de la tensión del instituto, se me subieron ciertas cosas personales a la cabeza, que me desanimaron a continuar a escribir. Ahora que el bloqueo se fue, continuaré donde dejé esta historia.

Haré un salto temporal de dos semanas, para no alargar esta historia demasiado...y para peor...será un día lunes en la mañana...donde los que ya leyeron el cap anterior, sabrán que se pondrá bien fea la cosa :S


Haru

Sentí la vibración y el timbre de una alarma de celular contra mi almohada. Abrí pesadamente los ojos y los froté, para mirar por la ventana de la habitación que compartía con Makoto, para ser recibido por las luces matinales del sol. Me sonrojé al sentir los brazos del pelicastaño Ghoul alrededor de mi cintura y apretar su agarre contra su cuerpo; me vi forzado a forcejear para salir de la trampa mortal que era su abrazo, lo cual me resultó imposible, aunque en el fondo no me molestaba.

Ya llevábamos dos semanas conviviendo juntos, después de separarnos tras un incidente provocado por sus instintos de Ghoul, los que lo obligaron a morderme para saciarse. No costó mucho volver a enamorarme de Makoto, aunque el latente temor a morir en sus manos seguía presente, aunque en menor medida. La sonrisa que zurció mis labios no tuvo precio alguno, pues los recuerdos de estas dos semanas casi idílicas se me aparecían entre destellos: Las desveladas viendo películas, las conversaciones tan simples como profundas que manteníamos, los besos compartidos y las veces que nos fundíamos en uno solo...Unas mini-vacaciones soñadas...


Pero tuve que volver a la realidad, y encarar a la facultad de Psicología. Logré sacar un brazo de la cama y sacudí al pelicastaño que dormía a un lado mío en el lecho

-Makoto...vamos, levántate...-rogué en voz baja mientras lo movía suavemente. El espécimen en cuestión no se movió de su posición, es más, se acomodó más contra las colchas y me arropó con estas

-No quiero...es temprano...-rezongó en voz baja, mientras me abrazaba más fuerte contra su cuerpo. El perfume que desprendía de su piel era una mezcla de madera, almizcle y algo de sudor. En otras circunstancias me hubiera encantado quedarme en la cama con él por todo el día, pero de verdad tenía que ponerme en pie, y él también

-Makoto, por favor, vamos tarde a clases-espeté contra su pecho. Pude sentir elevaciones de este, hasta que por fín sentí que el ojiverde se sentaba en la cama y pegaba un bostezo. Me sentó a su lado y me besó la mejilla, para luego dedicarme una sonrisa

-Buenos días-saludó el pelicastaño, volviendo a besar mi mejilla-¿Te sientes bien?

Siempre me pregunta por mi estado después de alimentarse. El método consiste en que él muerda una determinada parte de mi cuerpo, saboreando la sangre y algo de músculo de aquella área mordida, y luego de saciarse, nos encargamos de curar la herida con gasas o algún medicamento especial para ello. Anoche tocó una alimentación repentina y quedé con una mordida a un costado de mi cintura

-Pues claro-respondí para convencerlo, y al notar una leve incredulidad en su mirada, me acomodé de espaldas y me bajé un poco el pantalón de franela que uso para dormir. Una leve cicatriz se erguía contra la blanca piel de mi cintura, cerca del hueso de la cadera. Fue bastante incómodo el mordisco, ya que además de hacerme retorcer por el dolor, sentí una corriente de excitación que no creí sentir en mi vida

-¿No te duele caminar?-pregunta el pelicastaño mientras se levanta de la cama y me extiende su mano para levantarme. La tomé y me acomodé sobre mis pies y caminé por la habitación; no sentí más que una punzada sin importancia en la cadera-Aparentemente no-suelta con una risilla que llenó mis oídos. Se acercó a mis espaldas y me rodeó con sus brazos, para luego besarme con todas unas ganas que creí que no existían desde anoche

-Te quiero-le susurré con calidez contra su cuello

-Yo también-me responde y me da un piquito en la mejilla-pero ahora tenemos que alistarnos para ir a clases-asentí y nos dirigimos a los baños del departamento


Habíamos llegado al campus a buena hora, y Makoto fue saludado por los profesores, quienes preguntaban sobre la salud del chico y si se sentía bien. Makoto fue amable y les contestó que sufrió una descompensación y los profesores quedaron tranquilos. Al entrar al salón, Kisumi saltó de no-se-donde y nos miró con el ceño fruncido y los brazos a un lado de su cintura

-¡YA ERA HORA DE QUE APARECIERAN!-exclama el pelirrosado amigo de Makoto

-¿¡Y tú donde estabas metido?-pregunta el pelicastaño mientras nos acomodábamos en nuestros asientos de siempre. Desde el inicio de la semana, Kisumi había desaparecido del departamento, alegando que se iba a quedar con una de sus "conquistas"

-Pues me quedé con un chico increible-se derritió contra el asiento, y pude jurar que salieron corazones y brillos de la silla

-¿Acaso lo conocemos?-pregunta Makoto

-En un momento lo conocerán-comenta el pelirrosado, para luego darnos la espalda en su asiento. El profesor Hamada entra al salón y saluda a todos los presentes, para luego dirigirnos una mirada

-Voy a hacer un par de anuncios protocolares. Primero, bienvenido de vuelta Makoto-san-saluda el profesor-Espero que pronto recupere el ritmo de las clases-advierte el catedrático con una sonrisa

-Descuide profesor-el Ghoul pelicastaño hace un ademán con la mano y sonríe

-Y también darle la bienvenida a un alumno de Magisterio que se nos une a la clase. Pasa muchacho-la puerta es abierta y camina un joven vestido de negro entra. Reconocí una chaqueta de cuero negra y unos jeans ajustados, además de unos prominentes audífonos Beats de color blanco-Denle la bienvenida a Sousuke Yamazaki-el chico se dio la vuelta y me topé con unos ojos aguamarina que me miraban divertidos y con cierta malicia


Me sentí desmayar en aquel momento, en que sus ojos se cruzaron con los míos

...¿¡Cómo pudo dar conmigo?!...

Esto tenía que ser un producto de mi mente retorcida, que quería hacerme una tortura al ver a aquel hombre que me hizo sufrir por tantos años

-Haru-Makoto posó su mano en mi hombro y me miró con cierto temor en la mirada-¿Acaso lo conoces?-pregunta con voz delicada-¿Es parte de tu pasado?

-Te lo contaré luego-le ofrecí en voz débil, y deposité mi vista en la mesa frente a mí

Un par de pasos se hicieron audibles y noté como Sousuke se acercó y mi lado y me miró con ponzoña

-Te dije que te te encontraría-susurró contra mi cuello y se acomodó a un lado de Kisumi, para sentarse a su lado y enroscar un brazo en su cintura. Acercó sus labios a su mejilla y le depositó un beso que se me antojó casto, aunque nauseabundo proviniendo de alguien tan retorcido como él. Miré al frente y no distinguí más que garabatos en la pizarra; la mirada de Kisumi seguía plantada en el tipo que besaba su rostro con un aire dulzón que me dio náuseas, y Sousuke estaba distraído en la piel del pelirrosado. De repente, sonreí al imaginar que Kisumi le destruía la cara a base de mordiscos para saciar su hambre; los lamentos de Sousuke me parecieron música para mis oídos, hasta que Makoto me miró raro

-No es nada-resoplé, para luego seguir mirando al frente y mantener aquella faceta de chico frío e indiferente, cuando en realidad quería largarme a llorar y encerrarme en una jaula

Solo una mordidaWhere stories live. Discover now