La Venganza Perfecta

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Narra Meredith

Amanecimos con la noticia de que el sujeto que fué al hospital ayer, grabó su conversación con Addison y la está amenazando con utilizar eso en su contra. Harán que le quiten la licencia médica si no levanta los cargos. Ella se mostró muy fuerte desde que ésto pasó, pero hoy lloró por un largo rato mientras yo la abrazaba, me rompe el corazón saber que le hicieron daño y que no hay justicia que la proteja.

Sé que prometí no meterme en problemas por ésto, pero llevo tres días despertando a su lado y viendo su cara golpeada, ayer se puso shorts debajo de su falda y sé que mira sus heridas en el espejo cuando sale de bañarse. Rompieron al ser más puro y dulce que puede existir, no puedo sólo quedarme parada y ver cómo todo eso sucede.

Addie debe seguir atendiendo su caso con Arizona el día de hoy, estará ocupada y al menos así podrá distraerse. Mientras nos vestimos, pude notar que volvía a poner una prenda extra bajo su falda para que nadie pudiera acceder fácilmente a sus bragas. Me acerqué y le dí varios besitos en sus mejillas mientras la abrazaba desde atrás.

- Te ves muy linda de negro - dije admirándola con todo mi amor.

- Gracias ¿Viste mis zapatos? Son los que compré en Florida - dijo contenta mostrándome sus tacones altos.

- Me encantan, te quedan perfectos - contesté a pesar de no recordar haberlos comprado juntas, hicimos demasiadas compras en Florida, creo que tiene una adicción.

Me besó y luego nos apresuramos a bajar con nuestras lindas bebés en brazos. Zozo tomó su desayuno y luego me dió la mano para irnos y poder llegar a tiempo. Sus pies pequeños iban lento y yo iba muy apresurada.

- Camina más rápido cariño, o llegaremos tarde - dijo Addie mientras se dirigía hacia la puerta.

- Sí ¿Y qué pasa cuando los doctores llegan tarde? - le pregunté a mi niña.

- Se muere la gente - respondió, apresurando el paso, es adorable.

- Así es, hijita - yo me sentí orgullosa, pero Addie no tanto, me regañó sólo con su mirada.

Cantamos canciones infantiles en el camino y reímos con las ocurrencias de Zozo, creo que eso lo sacó de mí.  Al menos le dimos una mañana alegre a Addison, somos buenas haciéndola sonreír.

Narra Addison

Siento que todos me miran, es horrible, parece que cada día se pone peor y peor, sólo me siento a salvo cuando estoy en casa.
Intenté pasar desapercibida durante el día, ni siquiera quise revisar mi celular, esos sujetos tienen dinero y contactos, yo tengo más, pero creo que ya me cansé de luchar. Me quedé en mi oficina con la puerta abierta mientras intentaba perderme en mis informes.

- Tú ganas, pero no vuelvas a acercarte a mi familia ¿Escuchaste? - dijo David, uno de mis abusadores, llegando de la nada y colocando una grabadora sobre mi escritorio.

- ¿Qué carajos haces aquí? - pregunté dando un brinco por el susto.

- Esa es la grabación que mi amigo hizo para chantajearte, él fue quien quiso volver a lastimarte, no sé cómo lo descubrieron tus informantes pero yo nunca estuve de acuerdo con eso, quería entregarme - dijo de manera desesperada y con un gran nudo en la garganta.

Tomé la grabadora y me quedé perpleja ¿A qué informantes se refiere? No entiendo qué está pasando.

- Gracias por entregarme ésto...- no sabía qué más decir, sus ojos se adentraban en los míos y eso hacía que mis manos comiencen a temblar.

- Lamento lo que te hice esa noche, estaba muy drogado, Chuck dijo que sería divertido y no sé por qué decidí seguirle el juego, parecía un buen plan cuando te ví entrar en ese baño pero luego...-

Elígeme, Ámame // MeddisonWhere stories live. Discover now