Recién Casadas

75 9 9
                                    

Narra Meredith

Desperté oliendo el cabello de Addison, la abracé y besé su cabeza, su cuello, todo lo que tenía a mi alcance. Su risa me hizo saber que aquellos mimos la habían despertado. El llanto de las bebés nos quitó aquella tranquilidad.

- Yo voy por ellas - murmuré en su oído, agregando un beso en su mejilla mientras se incorporaba para recibir a las niñas.

- Buenos días, angelitos ¿Tienen hambre?- pregunté mientras las tomaba en brazos para llevarlas con su mamá.

- Tráelas aquí - dijo Addie extendiendo sus brazos.

La observé mientras les daba de comer a esas dos bellezas, me emociona demasiado saber que es mi esposa.

- Oye ¿Qué es eso que tienes en la mano? - pregunté señalando a su dedo.

- ¿Qué cosa? - preguntó de forma inocente intentando mirar su mano que estaba debajo de las bebés.

- Eso que brilla en tu lindo dedo -

- Aaayyy, qué linda eres, mi cerebro anda lento hoy - besé su frente y luego sus labios, a las bebés no les gustó que acaparara a su fábrica de leche, así que tuve que apartarme.

- Lo siento, cariño, pero ahora son de ellas- bromeó.

- Sólo se las estoy prestando, se volvieron de mi propiedad desde que puse ese anillo en tu dedo - dije redoblando la apuesta, como tiene sus manos ocupadas no puede golpearme.

- No es justo que me pelees ahora, soy rehén de tus hijas - se quejó haciendo que sólo quiera besarla más y más.

Amo que nuestras mañanas vayan a ser así todos los días, se siente una nueva energía al despertar, ella se vé tan felíz. Nunca me voy a cansar de admirar esa sonrisa mágica.

Bajé a la cocina para preparar el desayuno para Addie y llevarle unas flores, quedaron muchas desparramadas por toda la casa luego de nuestra boda nocturna. Subí las escaleras alegremente y cuando volví a la habitación encontré a mi esposa llorando mientras miraba a nuestras bebés en sus brazos. Dejé la bandeja con el desayuno sobre mi mesita de noche para acercarme a ella con cautela.

- Hey ¿Estás bien? - pregunté acariciando su lindo cabello.

- Sí - sollozó - Ella estaría cumpliendo tres años hoy...podría estar jugando con Zozo...- las lágrimas caían por sus mejillas partiendo mi corazón en dos.

- Hubiera sido muy felíz - la rodeé con mis brazos y dejé que llorara sobre mí.

El postparto la tiene muy sensible, sobre todo en un día como hoy, es el día en que perdimos a nuestra pequeña. Tomé a una de las mellizas en mis brazos para quitarle el peso y me quedé con ella, observando a esas preciosas criaturas mientras manteníamos el recuerdo de nuestra primera bebé vivo en nuestros corazones.

- Linda, tu leche se está escapando - le avisé al notar que todo su llanto la había hecho empezar a lactar.

Eso sólo la hizo llorar más fuerte. Éstos días serán duros, Addie está muy sensible y sólo puedo apoyarla y quedarme a su lado como una buena esposa. Limpié su ropa con una de las toallitas para bebés y le dí besitos hasta que sus lágrimas cesaron. Mis besos son mi mejor herramienta sandora.

- Archer me escribió, quiere venir de visita para conocer a las niñas, pero le dije que esperara a que tú estuvieras lista - mencioné mientras acariciaba su mano.

- No quiero ver a nadie, al menos por un tiempo...tal vez sólo a Amy, ella fue la que más tiempo luchó a mi lado para que yo lograra ésto, la quiero conmigo ahora que ya las tengo - adoro ver su sonrisa, no lo dudé ni por un segundo y llamé a Amelia para decirle que podía visitarnos cuando quisiera.

Elígeme, Ámame // MeddisonWhere stories live. Discover now