Después de discutir con Derek y decidir tomarse un tiempo de su relación, Meredith tiene una noche alocada con una misteriosa y bella mujer, quien resultó ser la esposa de su ahora ex-novio. A partir de ese encuentro sus vidas se pondrán de cabeza.
...
Desperté alegre luego de aquella maravillosa noche entre las piernas de mi bellísima esposa. La cama se sentía mojada y no tengo idea de a dónde fueron a parar las almohadas, creo que nos alocamos un poco. Para mí sorpresa, Addie tampoco estaba conmigo, supuse que habría ido al baño a darse una ducha.
Me levanté y cambié las sábanas, notando al instante que Addie había dejado una tarjetita sobre la mesa de noche, tiene la caligrafía más hermosa que haya visto en una doctora.
"Buenos días, mi amor. No te asustes si no me encuentras, quise bañarme y prepararme temprano para nuestra cita de hoy. Iremos a un lindo restaurante para tener un almuerzo cerca de la playa. Quiero que todos nuestros días aquí sean especiales. Te amo."
Es la persona más tierna y más atenta que pueda existir, siempre guardo sus cartas y sus notas, amo su lado romántico. Busqué en el inmenso armario alguna bata o toalla para poder bañarme, necesito quitar el sudor y el aceite de mi cuerpo.
Me dirigí al baño y me encontré con la mejor vista de toda Florida.
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Me acerqué por detrás y abracé su cintura dándole besos en las mejillas, sintiendo su delicioso y perfecto aroma.
- Buenos días, preciosa - dije besando su hombro mientras nos admiraba en el espejo.
- Buen día, mi amor - contestó intentando cepillar sus dientes a pesar de mi presencia un tanto insistente.
Le dí muchos besos hasta que finalmente la dejé terminar de asearse en paz, me emocionan nuestros planes de hoy, me emociona todo lo que hago con ella.
Me bañé en esa enorme ducha que parecía ser una cascada de agua tibia ¿Quién necesita tanta agua para bañarse?.
Cuando volví al cuarto, Addie aún luchaba con las opciones de vestidos que podía usar hoy. Me acerqué y la abracé por detrás mirando todas sus opciones para brindarle un poco de ayuda.
- Me gusta el rosa, creo que se verá bien para un almuerzo - dije esperando haber acertado.
- Me gusta, pero el blanco es muy lindo también - contestó.
- Entonces usa el blanco, te verás perfecta con cualquier cosa - dije volteandola para poder besarla.
- Te amo, Mer Mer - dijo agregando más besitos dulces.
No hay lugar en el mundo en el que prefiera estar antes que aquí, amo amarla tanto y amo sentirme amada.
Narra Addison
Terminé eligiendo un vestido azul, ni siquiera lo había puesto como una opción, pero me lo probé y me gustó demasiado. Anoche fue tan intenso que aún siento que mis piernas tiemblan cuando intento agacharme, es increíble todo lo que esa mujer puede hacerme sentir. Me puse unos lindos zapatos mientras mi esposa terminaba de vestirse con total normalidad, como si no me hubiera dejado paralizada de la cintura para abajo hace sólo unas horas.
