Doctora Montgomery Grey

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Narra Meredith

Pasó un mes desde nuestro choque con Derek, por suerte nos ha estado evitando tanto como nosotras a él, tuve que contener mis ganas de darle una paliza sólo por Addison.

Por fortuna, me quitaron el yeso hace una semana y por fin puedo hacer cirugías otra vez, amo poder funcionar como cirujana, pero creo que la vida tiene algo en mi contra. Acabo de recuperar mis dedos, pero ahora siento un terrible malestar, tengo nauseas y un dolor persistente en mi abdomen que me atormenta por completo. Addie está ocupada hoy, yo también, tengo mucho trabajo, pero el dolor apenas si me deja pensar, tengo que intentar concentrarme en algo más.

Cristina está detrás de mi como un custodio personal, me encontró retorciéndome de dolor en una sala de descanso y ahora insiste en que puede ser algo grave.

- Si no aceptas algo de ayuda, iré por Addison - me amenazó seriamente sin dejarme avanzar.

- No molestaré a mi esposa por un simple dolor de estómago, Cristina - dije cruzándome de brazos.

- Ay, Meredith, por favor, te he visto pedirle "besitos sanadores" cada vez que te baja la regla, no inventes - dijo con un gesto de ironía, ahora sí que me quedé sin argumentos.

No quiero que todo el mundo arme un escándalo por ésto, pero me está doliendo demasiado y me ví obligada a aceptar aunque sea un poco de ayuda.

Narra Addison

Estoy teniendo un día muy largo, Mark y yo estábamos discutiendo sobre un caso que teníamos juntos, somos un buen equipo, pero a veces tenemos nuestras diferencias.

Estábamos concentrados en nuestra charla mientras subíamos las escaleras, hasta que algo allí abajo captó nuestra atención. Mer estaba vomitando en una papelera, no se veía muy bien y estaba completamente pálida. Sé que lleva sintiéndose mal desde la mañana, ésto no me gusta nada.

- ¿La embarazaste? Felicidades, ustedes no pierden el tiempo - bromeó Mark levantando su mano para chocar los cinco conmigo.

- No chocaré tu mano - dije dejándolo en las escaleras para correr a ayudar a mi esposa.

- Amor ¿Estás bien? - pregunté acariciando su cabello mientras Cristina sobaba su espalda.

- No, me duele mucho el estómago - dijo ella retorciéndose por el dolor.

- Te ingresaré para que te hagan estudios - dije de forma autoritaria a pesar de sus constantes negativas, no tiene opción en ésto.

No me importaron sus quejas, me importa su salud y mi prioridad es verla bien. Me lanzó miradas de enojo, pero no me interesa lo mucho que se moleste, tendrá que hacerme caso ésta vez.

Luego de los estudios minuciosos, supimos que esos dolores eran causados por una apendicitis, fue un alivio saber que no era algo más grave. Tuvieron que darle calmantes y pronto iban a operarla, quiero cuidarla lo más que pueda, ya no está molesta conmigo y quiero aprovechar para darle un poco de amor.

Mis colegas me advirtieron que los calmantes habían hecho que Mer se suelte demasiado. Al parecer, estaba haciendo comentarios un poco fuera de lugar cada vez que alguien pasaba a visitarla. Sé lo que querrá hacer conmigo si me ve, así que a pesar de mis ganas de acompañarla, evité hacerlo a toda costa, sus demostraciones de afecto en público a veces se pasan de la raya, y sé que será aún peor si está drogada.

Me mantuve pendiente a ella de todos modos, pero arruiné mi discreción cuando sin querer pasé por frente a su habitación y ella logró verme. Creí que estaba siendo muy disimulada, pero me equivoqué.

Elígeme, Ámame // MeddisonWhere stories live. Discover now