💚129💚

499 61 5
                                    

Y pensar que todo fue gracias a un simple "No".

No pensó que rechazar tu confesión de amor causaría una ruptura tan profunda en su amistad. Con cada mensaje de texto y llamada, se encontraba con el silencio. Sin ti, se quedó con un dolor en el pecho que no podía nombrar, no hace falta mencionar lo mucho extrañaba tu presencia.

Te dio tu espacio como creía que era necesario, pero cuando los días se convirtieron en semanas, su preocupación incrementó de sobremanera. Incluso si los sentimientos románticos que albergabas no podían ser correspondidos, él todavía te amaba, pues era amor platónico, estrictamente amistoso.

Con un largo momento de vacilación, finalmente manifiestó el coraje necesario para caminar hacia tu dormitorio y tocar la puerta.
En cuanto la puerta se abrió, Zoro no se molestó en saludarte.

—¿Por qué me ignoras? –Pregunta enseguida, su habitual personalidad franca y directa aún se mantiene fuerte. Sus cejas fruncidas es la única pizca de preocupación y molestia que deja pasar a la vista, su expresión por lo demás se mantuvo estoica ocultando sus verdaderas emociones.

—Zoro... -Mencionas sorprendida, no esperabas que fuera a verte– ¿Qué haces aquí?

—He estado tratando de comunicarme contigo durante semanas. He enviado mensajes, he hecho llamadas, todo, y me he topado con una pared de silencio. ¿Por qué me estás ignorando? –Zoro responde en un tono serio y desafiante que va en contra de su usual lenguaje corporal.

_____ se mantiene en silencio por breves segundos.

—Es complicado –dice ella intentando cerrar la puerta de su dormitorio, la cuál es detenida por el brazo del peliverde-

Zoro la mira por varios instantes, luego suspira y baja lentamente el brazo que sostenía la puerta.

—Escucha mujer, no vas a poder seguir evitandome así. Dime por qué es complicado –La mirada de Zoro mostraba interés y preocupación al unísono.

Suspiraste sabiendo que no podías seguir evitándolo, así que abriste la puerta dejándole entrar.
Zoro entró cerrando la puerta detrás de él, luego se acercó a tu cama donde tomó asiento quedando frente a tí, que ya te encontrabas sentada en una silla libre de al lado.
Te miraba con un brillo de ligera molestia en los ojos y una gran intriga en el fondo. De todas las personas que conoce, tu eres quién tiene la capacidad de enfurecerlo y hacerlo sonreír más que él mismo.

—Bien, ahora. ¿Qué ha pasado?

Tus manos temblaban, sentías cada latido de tu corazón, cada exhalación, podías sentir y escuchar todo proveniente de ti.
Inhalaste un gran bocanada de aire que luego exhalaste lentamente logrando tranquilizarte un poco.

—Siento que la mejor idea fue alejarme de ti, las cosas están un poco raras desde que me rechazaste. No lo digo por culparte, pero de lo contrario podría ser negativo para ambos.

—Pero ya pasó bastante tiempo para que estemos en esta situación. ¿Por qué no estás bien con que nos mantengamos como amigos? ¿Quieres deshacerte de mí por completo?

—No quiero deshacerme de tí, quiero que sigamos siendo amigos, pero... Quiero asegurarme de eliminar todo sentimiento romántico que tengo hacia tí para que no afecte en nuestra amistad.

Zoro se acerca a tí y te toma de las muñecas, levantandote para hacer que tomes asiento a su lado en la cama. Posando una de sus manos en tu rodilla.

—¿Y lo vas a hacer ignorándome? –Pregunta con un tono neutro pero gentil y una leve sonrisa se dibuja alrededor de su boca.

—No conozco otra manera –Pronuncias con notable tristeza. Te dolía alejarte de Zoro, pero no creías que fuera correcto.

El chico al verte decaída, acorta la poca distancia que los separaba para atraerte hacia él de forma tan natural como respirar, dándote un largo abrazo en el que cabes perfectamente en el espacio entre sus brazos.
En esa posición podías oler la colonia de Zoro que tanto te hacía enloquecer, desde el día que le expresarte lo mucho que te gustaba como olía ese perfume, cada que sabía que iban a encontrarse se aseguraba de colocarse una buena cantidad para oler bien para tí.

—Dime que no crees que tú sola puedes deshacerte de tus sentimientos. No me gusta verte así.

—Tú no puedes ayudarme, haces todo lo contrario... –Dices sintiendo como tu corazón late muy rápido.

Zoro deja de abrazarte para poner sus manos sobre tus hombros, y con una voz que es solo un susurro y que se ve cargada de preocupación y cariño dice:

—Quiero ayudarte a superar este sentimiento, o al menos mantenerte en paz con él. Estoy cansado de verte tan preocupada con este tema, así que si puedo ayudarte a través de esto, lo haré. ¿Por qué dices que no puedo ayudar?

¿Cómo podías negarle su ayuda cuando se ponía así? No era un tema tan sencillo para manejar, pero la naturaleza de Zoro lo hacía ver de esa manera.

—¿Crees que me resultará más fácil superar mis sentimientos cuando te muestras así?

La mano de Zoro se dirige a tu rostro, redirigiendo tu mirada hacia él.

—Escucha _____, eres una chica con muchos sentimientos, te encierras en tu mente y te pierdes en tu propio mundo –Mientras hablaba, sus dedos acariciaban sutilmente tu mejilla– Entiendo lo difícil que es esto para ti. Desde que ese día te noté distante, diferente a como usualmente solías ser, no he podido hacer nada más que darte tu espacio y decirte que puedo ayudarte –A este punto ya podías sentir como tus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas– No te dejaré sola de nuevo. Pero si no quieres que te ayude, entonces déjame estar aquí contigo y apoyarte como yo quiero.

Apretaste fuertemente tus puños, aguantando enormemente las ganas de llorar.

—Eres un idiota, ¿Sabías?

Sin poder evitarlo, una sonrisa de formó en los labios de Zoro, mirándote ahora con calma y nuevamente, cariño.

—Prefiero ser un idiota y ayudarte en lo posible en vez de quedar sentado y no hacer nada. Yo lo sé, no soy exactamente la mejor persona para resolver esto, pero quiero intentarlo.

Estabas más que agradecida por tener a alguien como Zoro en tu vida, Su presencia era un faro de luz en tus días, una constante que te brindaba seguridad y alegría. Aunque sabías que los sentimientos que albergabas no eran correspondidos con la misma intensidad, para ti, lo que verdaderamente importaba era su compañía, la forma en que sus conversaciones llenaban de color tus horas y cómo, incluso en el más sutil de los gestos, encontrabas razones para seguir adelante. Zoro se había convertido en una parte esencial de tu mundo, y eso era un regalo que atesorabas más allá de cualquier expectativa amorosa.

Saltaste a los brazos de Zoro, ambos se envolvieron en un cálido y confortante abrazo.

—Sí quiero que me ayudes, quiero que las cosas vuelvan a ser como antes –Le pediste mirándolo a sus ojos grisáceos.

El chico siente su cuerpo calmado y una sonrisa de alivio y felicidad aparece en su rostro. Luego, te atrae aún más cerca y besa suavemente tu frente.

—Vamos a hacerlo, entonces. Las cosas entre nosotros van a volver a ser como antes, ¿De acuerdo?

Asentiste levemente, dejando ese asunto para otro día. Por ahora, ambos solo se concentrarían en el hecho de descansar junto al otro. Era el momento adecuado en el lugar adecuado, pues justo después, el sonido de la lluvia se hizo presente.

Tenía rato ya que no actualizaba, ya lo extrañaba 😿

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tenía rato ya que no actualizaba, ya lo extrañaba 😿

Fue algo repentino, pero aún así espero que les guste💚

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 11 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Headcanon's Zoro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora