🔞120🔞

2.2K 93 11
                                    

Continuación

—¡Quiero un bebé! –Gritaste enfrente suyo, llamando su atención brevemente

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

—¡Quiero un bebé! –Gritaste enfrente suyo, llamando su atención brevemente.

Zoro te miró de abajo hacia arriba, inspeccionando cada uno de tus detalles.

—Buen intento _____, pero nisiquiera tú lo crees.

Bueno, tiene un punto –Pensaste después de bufar, para luego marcharte e idear otro plan.

Saliste al patio a sentarte en el césped, suspiraste pesadamente antes de déjate caer quedando recostada mirando al cielo nublado sobre ti.

Dos semanas habían pasado desde tu "pequeña" broma al peliverde, y como bien comentó Zoro aquella noche, desde ese día no han tenido relaciones sexuales.
Lo cual era realmente frustrante, extrañabas su forma de tocarte, su voz ronca susurrandote obscenidades al oído, su elevado libido sexual que los hacía tener más de tres rondas en una sola noche.
Todo, todo de él extrañabas.

Ya habías probado múltiples planes para hacerlo caer, pero ninguno funcionó, y a final de cuentas quién quedaba con ganas de más, eras tú.
Pues Zoro se mantenía estático en su lugar limitándose únicamente a mirarte, incluso solo con su mirada lograba hacerte empapar.

¡Ese hombre era una maravilla en todo sentido!

Dejaste salir un berrinche pataleando al aire cuan niña pequeña.

Dios Santo, ¿Qué mierda estoy haciendo? –Pensaste segundos después de tu berrinche.

Estabas harta, harta de que Zoro se hiciera del rogar esperando que fueras hasta el a rogarle que te tocara y follara sin parar.

¿Que si era humillante?

Por Dios, claro que lo era.

¿Lo harías?

No lo sabías, tu mente y vulva piensan muy distinto.

Agitaste tu cabeza de un lado a otro saliendo de tus pensamientos, prestando atención a la realidad.
Al instante, notaste que Zoro te miraba através de la ventana de su habitación.

No sabes el por qué, pero comenzaste a correr en camino a dichoso cuarto. Al entrar te encontraste con el peliverde sentado en la cama, con su espalda recargada en el cabezero, mirando la televisión muy cómodamente.

—¿Qué tal, preciosa?–Preguntó mirándote de reojo y sonriendo.

Ese idiota con tan solo sonreír logra calentarme –Sin responder a su pregunta, te encaminaste hacia el montandote encima suyo con tus piernas a cada lado, mirándole a los ojos. Ambos mantuvieron contacto visual unos instantes.

—¿Que estás hac...–La pregunta quedó incompleta cuando uniste tus labios con los suyos.

Tal vez no mantenían relaciones sexuales pero besos candentes si, pues a Zoro le encanta la idea de dejarte con ganas de más. Fantaseando con la idea de que en algún momento derramarías lágrimas por su polla.

Headcanon's Zoro Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin