Headcanon's Zoro

🔞98💚

Amigos con derechos

Ninguno logró controlar sus más bajos instintos, el deseo de poseer a aquella persona que diariamente le observaban realizar su rutina diaria, el hambre sexual incrementaba a cada día que pasaban juntos en el barco. Sus cuerpos lo decían todo.
Todas esas miradas indiscretas, todas las noches que se tocaban así mismos a solas gimiendo el nombre del otro, ambos llegaron a su límite.

-¿Entonces que piensas?

-¿Esto es enserio o simplemente estás jugando? -La fémina cruzada de brazos miró amenazante al peliverde.

-Es enserio _____ -La seriedad del tono de voz de Roronoa hacía estremecerla.

-Explícame que tendríamos que llevar a cabo para ser amigos con derechos sin problemas.

Roronoa le explicó en pocas palabras lo que debían de hacer resultando más fácil de lo esperado. _____ sin rodeos aceptó la propuesta, la cuál inició hace ya medio año.

La gran mayoría de los días que habían transcurrido hasta ahora se basaban en ellos dos teniendo orgasmos cada que se presentaba la más mínima oportunidad. El cuarto de entrenamiento donde Zoro estaba casi siempre era gran testigo de todo lo que pasaba entre esos dos. Cómo justo ahora.

-Aprieta tus piernas -Ordenó lleno de éxtasis el espadachín a su acompañante mientras se la follaba contra la pared, con sus manos apoyadas sobre la misma, siendo sus tambaleantes piernas sujetadas por Zoro evitando su caída.

Con la fuerza que aún guardaba, intensificó la presión que ejercía alrededor del falo de Roronoa. Haciendo que con cada estocada se sintiese más estrecho su agujero. Sus dedos se enterraron en la suave carne de sus caderas al sentir al instante ese envolver tan cálido y estrecho.

-Mierda, de eso estaba hablando -Sonriendo complacido, Zoro tiró del cabello de la chica elevando su barbilla a la vez que dejaba descubierto parte de su cuello, el cuál no dudó en morder mientras la velocidad en sus penetraciones aumentaba, haciéndola gemir su nombre cada vez más alto.

Estando en la recta final poco antes de llegar a sus preciados orgasmos, el espadachín acarició en movimientos circulares acelerados el pequeño botón rosado y ya sensible por estimulaciones anteriores.
_____ arqueó su espalda, cada rincón de su cuerpo estaba inundado de éxtasis puro, Roronoa sabía cuáles eran sus puntos débiles y se aseguraba de recordárselo en cada encuentro.

Las calientes paredes de la fémina ahorcaban el duro falo del espadachín, siempre era bien bienvenido por su intimidad cada que se daba la oportunidad.
Estampó su diestra en uno de sus glúteos dejándole toda su palma impregnada en su piel en un tono bermellón.