💚122💚

1K 92 7
                                    

El timbre sonaba sin parar. Desde hacía unos siete minutos aproximadamente, Zoro se encontraba en la entrada de tu departamento, con una bolsa de tu comida rápida favorita.

Bufó harto, tocando por décima vez, esperando que le abrieras. Pero no pasó, los vecinos ya comenzaban a mirarlo con sospecha.

Cómo pudo, buscó la copia de la llave de tu departamento dentro de su chaqueta de cuero. Al encontrarla, rápidamente la ingresó para pasar dentro.

—¿_____? –Llamó alzando la voz, pesando que estarías en el baño o en algún otro lugar.

Al no recibir respuesta, dejó la bolsa de comida encima de la mesa.

—______, ¿Estás en casa? –A paso tranquilo, comenzó a buscarte por el departamento revisando cada una de las habitaciones cercanas, pero no te encontrabas en ninguna, únicamente faltaba buscar en tu recámara que se encontraba al final del pasillo.

Al estar frente a la puerta lentamente giró la perilla, pesando que estarías ocupada con algún deber para así aprovechar la oportunidad y darte un susto.
Pero en cambio, cuando la puerta estuvo lo suficientemente abierta logró visualizar por qué no respondías.

Abrió la puerta por completo caminando hacia tu escritorio, donde te encontrabas tú, dormida sobre este con un montón de papeles y plumas alrededor.

Zoro te miró enternecido, hace no mucho tiempo le habías comentado tu decisión que inscribirte a una universidad a estudiar tu carrera deseada, a diario le comentabas lo ocupada que estabas estudiando para el exámen de admisión. Pero nunca creyó que llegaría a tales extremos.

Lentamente retiró la pluma que estaba en tu mano, dejándola en otro lugar. Tenía la intensión de despertarte, pero al verte con ojeras y durmiendo tan plácidamente no tuvo en coraje de hacerlo. En su lugar, te tomó entre brazos lo más cuidadoso que pudo, procurando no despertarte.

Caminó hacia la cama, dejándote suavemente sobre esta para posteriormente cubrirte con las mantas.

—A este paso te volverás loca –murmuró preocupado, pues ha sido testigo de las veces que decides no dormir lo que debes.

Cómo si fueran pétalos marchitos, el peliverde se sentó a la orilla de la cama acariciando dulcemente tu cabello, temiendo despertarte.

Rápidamente retiró su mano de tu cabeza cuando te removiste.

—Zoro... –hablaste dormida entre sueños.

El mencionado no pudo evitar sonreír, dejó un casto beso en tu frente para dejarte dormir tranquila.
Salió de tu habitación para encaminarse hacia la sala a mirar la televisión en lo que esperaba a que despertaras, él mismo se encargaría de regular tus horas de estudio para que puedas dormir bien.
Y claro, también para asegurarse de que pases más tiempo con él.

Y claro, también para asegurarse de que pases más tiempo con él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Espero que les gustee 💚💚

Headcanon's Zoro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora