31| Madres E Hijas

2K 341 96
                                    









31| Madres E Hijas



— Perdóname por todo lo que haré o diré.

Miré a Apolo con una expresión fría y neutral en mi rostro. A unos metros de nosotros, varios satiros cargaban mi equipaje para ayudarme a llevarlos al templo de Eros y Psique. No volvería a pisar este palacio de oro en una buena temporada.

Tenía a mi novio frente a mí: sus ojos azules chispeaban con sin abandonar los míos, como si fuera incapaces de separarse de ellos.

Me dolía profundamente separarme de la persona que amaba pero no soportaba estar un segundo más a su lado. No cuando me había ocultado información tan importante como la desaparición de Percy a manos de Hera y la existencia de semidioses romanos.

La mayoría pareció divertise con mi reacción en el salón de tronos hasta que el gruñido profundo de Ares los sacó del momento: mi abuelo pareció haber estado teniendo una breve lucha interna momentáneamente y casi juré haber visto como sus ojos se transformaban durante unos segundos.

Después de eso, me explicaron como ahora que sus descendientes se habían mezclado, sufrirían pequeños y dolorosos cambios, entre ellos, la batalla contra sus lados romanos en un solo cuerpo.

Maldita Hera. ¿Qué más le daba a ella que nos llevaramos mal con gente que ni siquiera sabíamos que existía? Dudaba encontrarme con algún semidiós romano y atizarle un puñetazo nada más verlo. Bueno, quizás sí.

Pero aquello aplicaba también para los griegos, yo jamás discriminaría a nadie de esa forma.

Y tampoco a los dioses como el que tenía frente a mí.

— ¿En serio te disculpas por algo que ni siquiera vas a hacer y no por haberme ocultado lo de Percy? —gruñí cruzándome de brazos.

— Todo está siendo parte de la profecía de los Siete —insistió Apolo—, si el destino quiere...

— ¡Pensé que te importaba un carajo lo que el destino quisiera!

— ¡Me importa un carajo solo cuando se trata de ti! —gritó, haciéndome retroceder de golpe. Apolo pareció haberse dado cuenta de su nuevo tono de voz y suspiró—. No voy arriesgarme a que te pase nada malo, pequeño monstruo.

El apodo hizo que mi corazón doliera durante una fracción de segundo. Quería abrazarle y permanecer con él durante el resto de la eternidad, pero a la vez quería abofetearle y salir volando hacia ese supuesto Campamento Júpiter del cuál no tenía ni la menor idea de su ubicación.

Sabía que quizás después de esta conversación Apolo no volvería a ser él mismo. Desgraciadamente, también tenía una contraparte romana, llamado Febo.

Quizás era por eso accedía dejarme ir al templo de mi padre tan fácilmente. Apolo no quería que yo me encontrara con Febo. No entendía muy bien porqué pero había llegado a la suposición de que no era tan precisamente agradable como él.

— Intentaré tomar el control de mi cuerpo en todo momento —aseguró con las manos tras la espalda, habiendo adquirido una postura más seria que me hizo sentir pequeña ante mi propio novio. Levantó la vista hacia el horizonte y casi percibí una gota de cansancio saliendo de su cuerpo:— Pero no será fácil... —parpadeó brevemente—, no lo está siendo.

Entonces sentí algo que no quería sentir.

No sabía si era por la menstruación u alguna otra mierda pero las lágrimas comenzaron a picar en mis ojos amenzando con salir cruelmente de ellos: Percy estaba desaparecido y sin memoria, Sally estaría desesperada, yo no podía salir de este lugar y mi novio sufriría una batalla consigo mismo. Todo se sentía abrumador.

Apollo's Heart | Apolo ²Where stories live. Discover now