013| Sangre Indeseable

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013| Sangre Indeseable




— ¿La ha vuelto a secuestrar, mi señor?

Miré a Hipócrates; él y el resto de mi consejo me veían con atención, algunos con aturdimiento y otros con curiosidad. La molesta semidiosa se encontraba descansando en una habitación del palacio y le había dado ordenes a Theodora de traerla cuando despertara.

— Dioniso no la quiere en el campamento, el mestizo que trabaja para Cronos tiene planes de raptarla y en el mundo mortal está expuesta a cualquier peligro —enumeré antes de inclinarme hacia él—. Si, Hipócrates. La he vuelto a secuestrar.

Ismene sentanda en la mesa resopló y yo me molesté. ¿Por que nadie en el maldito mundo quería comprender que de verdad estaba intentando cambiar? Ya no la quería como enemiga, quizás si mantenerla lejos de un futuro seguramente inestable conmigo pero no espantarla.

Hipócrates torció una diminuta sonrisa en su rostro que solo yo fui capaz de captar.

— En ese caso —comenzó un tono más calmado—, me alegra que sus intenciones sean diferentes a las anteriores.

Hice un gesto con la mano: mi odio por el monstruo mayor, Eros, aún se mantenía viviendo y de hecho aumentando, pero las palabras de Hermes... Stelle... eso me había hecho aprender a diferenciar una persona de otra, por mucha conexión que tuvieran.

Pero había un problema.

No me podía permitir entablar algo parecido a una amistad con algo tan hermoso y etéreo como Ágape, no cuando sabía que de esa amistad seguramente florecería algo más. Algo que siempre terminaba en tragedia.

— Como miembros del Consejo Sagrado de Apolo, tenéis el derecho a conocer a vuestra futura emperatriz, reina y señora —Empecé con el discursos que tan impacientemente habían esperado—. Se que ninguno está complacido con ella por lo sucedido un año atrás pero no hay otro remedio que aceptarla y es lo que haréis —añadí seriamente.

Un miembro cuyo nombre ni siquiera recordaba, alzó la mano para hablar:

— ¿Si...?

— Calix, mi señor —Se presentó el sátiro antes de tragar saliva—, ¿hay noticias sobre Lady Artemisa?

— ¿Has escuchado nombrar a Artemisa en mi discurso, Calix?

— No, mi señor.

Le sonreí frivolamente en respuesta causando que el posara sus ojos sobre la mesa avergonzado.

Suspirando, Ismene apoyó los codos sobre la mesa y me miró con pesadez. Como si este tema la aburriera infinitamente.

— ¿Qué es lo que os sucede, mi lord? —preguntó manteniendo su postura formal entre nosotros—. Se que os preocupa la desaparición de vuestra hermana pero estáis demasiado agresivo y vuestra recepción a nosotros no es...

— Llamen a Ágape Jackson y taigánla si está lista —interrumpí volteándome en dirección a los guardias—. Que esta cena acabe cuanto antes.

Ismene se quejó ofendida pero poco me importó en cuanto vi a Calíope esquivando a uno de los guardias y caminando en nuestra dirección. Ella se veía fimre y decidida a ocupar la silla junto a mi trono en la mesa. Tuve que hacer grandes esfuerzos por controlarme y no sacarlas volando a ambas del Olimpo.

— Buenas noches —Calíope se reverenció con una sonrisa fría— ¿Interrumpo la reunión?

Estuve casi seguro de que Ismene le estaba intentando trasmitir mediante señas que se marchara rápidamente pero Calíope solo la miró más confundidad desde su lugar y no dudé en tomar su brazo con suavidad para apartarla de la vista del Consejo.

Apollo's Heart | Apolo ²Where stories live. Discover now