25| El Corazón De Apolo

2.3K 516 159
                                    











25| El Corazón De Apolo




Alina Jackson era el ser más hermoso de todo el universo.

Fue como si Cupido me hubiera vendado los ojos dejándome ver por última vez la figura de aquella semidiosa tan problemática que enlacé a mi vida. No existió nadie más en mi mente, no recordándola solo a ella. Me di cuenta de que pensarla se había vuelto una peligrosa adicción para mí, una imposible de frenar.

Estábamos locos, éramos masoquistas, pero lo éramos juntos.

La observé en el puño de Zeus contemplar el alba en silencio. Me daba la impresión de que su corazón llamaba a gritos al mío para que acabara con aquel sufrimiento y me acercara.

No sabía cuanto tiempo había pasado, quizás una hora, pero me era imposible despegar mi vista de ella. Los rayos de mi sol acariciaban suavemente su cuerpo dándome el exquisito placer de testificar aquella hermosa obra de arte que se ceñía en mi panorama.

Entonces me lo volví a preguntar, ¿estaba haciendo lo correcto?

Inhalé profundamente antes de poner mis piernas en marcha. Jamás me pude sentir tan acobardado como en este momento, prefería volver a luchar contra Tifón que enfrentarme a su bello rostro adolorida por mi causa.

Mi corazón dolía a cada paso que daba y tuve que esforzarme por no caer de rodillas junto a mi pequeño monstruo. No quería que acabaramos llorando a la vez como dos niños pequeños que no supieron amarse hasta el final.

— ¿Sabes? —tragué saliva antes de continuar—, creo que ya estoy cumpliendo mi castigo.

Alina giró su rostro para verme, no parecía sobresaltada. Pero sus ojos derrumbaron cualquier muro que había construido en mi interior para mantenerme fuerte por ella.

— ¿Qué es?

El temblor en su voz hizo que la sensación de una flecha atravesara mi corazón: había estado llorando.

Miré sus rubíes preocupados, no resplandecían como antes, ahora estaban apagados y sin vida. Como un amante que acababa de ser arrebatado de los brazos de su amado.

— Tus ojos no brillan como antes —respondí, sintiendo una enorme ola de dolor golpearme—. Si, definitivamente ese es el castigo.

Alina sonrió con tristeza ante mis palabras y apoyó las palmas de sus manos en el suelo para levantarse de un solo impulso. No pude evitar mirarla con ternura al notar que su cabeza apenas llegaba a mi pecho, pero aún así yo me sentía totalmente pequeño frente a ella.

— Que irónico, ¿eh? —Había una chispa de autoburla en su voz—, hemos pasado tanto... todo ese odio... todos esos... besos...

Suspiré, sabía que siempre me recordaría como aquel hombre que la odió en un principio sin saber que me había enamorado de ella desde el momento en el que la vi bailando en mi templo mediante sus sueños: sin haber asimilado que realmente sería la mujer con la que me casaría, pensando en porque diablos el universo me estaba bendiciendo con algo tan hermoso frente a mis ojos.

Me había hecho sentir emociones que un dios no debería experimentar, Alina me hizo querer ser mortal durante unos segundos a su lado sabiendo que negociaría mi eterna vida por solo una a su lado.

— Esos recuerdos han esculpido lo que somos, Alina.

— ¿Alina? ¿Ya no soy Ágape? ¿Ni pequeño monstruo?

Sonreí bajando mi cabeza.

— Nunca fuiste Ágape —confesé en un tono bajo—, pero...

— ¿Pero?

Apollo's Heart | Apolo ²Where stories live. Discover now