023 | Pequeño Monstruo

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023 | Pequeño Monstruo




Cuando llegamos, la guerra se había acabado.

La vi llorar sobre el cadáver de Cronos, despidiéndose de su antiguo amor con todo el dolor del mundo: Percy Jackson, Annabeth Chase y Grover Underwood la miraban con tristeza sin saber como consolarla. Las moiras pasaron a nuestro lado para llevárselo y yo me dispuse a avanzar para acercarme a ella pero no pude evitar detenerme un momento visualizando el cuerpo de Luke Castellán.

Mientras lo movían, fui incapaz de apartar mis ojos sobre él.

La muerte fue algo piadoso comparado con lo que tenía pensado hacer contigo.

Tal vez sonó cruel pero no me arrepentía en absoluto de mis pensamientos. Él había causado dolor y estragos a personas que quería, a mi gente, y a la más importante para mí. ¿Ahora sería recordado como un héroe? No me importó, solo me alegraba de que ella hubiera sobrevivido o habría bajado al inframundo para traerla de vuelta y sacarlo de los Campos Elíseos a él.

Por la mirada punzante que me otorgaba Artemisa, sabía que había escuchado mis pensamientos.

Suspirando, me arrodillé junto a Alina y traté de contener una mueca al ver todos sus rasguños y heridas, coloqué mi mano en su cuello con la mayor delicadeza posible haciéndolas desaparecer. Alina sollozó una vez más y se apoyó en mi pecho, con el corazón roto.

No dije nada mientras escuchaba a Percy Jackson hablar con mi padre y acaricié su brazo con mis dedos. La piel de Alina se estremeció inevitablemente y se aferró más a mi torso haciendo que apoyara mi mentón sobre su cabeza para protegerla de las miradas intrigantes del resto de dioses.

— Todo está bien —susurré.

Ella negó lentamente.

— Se ha ido —mi corazón se encogió escuchando su voz rota—, Luke se ha ido.

Y menos mal.

Por mi bien, no dije nada y continué acariciándola. Miré de solayo mi destruido trono, aunque era el menos dañado comparado con los demás. Realmente yo tampoco tenía idea como consolarla, sabía que si abría mi boca no saldrían cosas buenas acerca de Luke Castellán por lo que nunca creí pensar esto, pero esperaba que Eros viniera lo antes posible para ocuparse de ella.

No quería que se me malinterpretase, por mí estaría todo el día abrazándola hasta que volviera a sonreír y aún así no la soltaría: pero Alina sabría que no era una consolación sincera, se daría perfectamente cuenta de que me alegraba de la muerte de su ex pareja y era lo que menos necesitaba sentir.

Hera le dio una última mirada de pena antes de alejarse:

— Siempre vivirá en tu corazón, querida.

Yo esperaba sinceramente que no.

Froté con cariño su cuerpo entre mis brazos y poco a poco noté como dejaba de sollozar manteniendo los ojos cerrados contra mi pecho. Deposite un beso en su cabeza percibiendo la llegada de muchísimas personas y deidades entrar al salón.

Percy Jackson se acercó a nosotros y yo asentí entendiendo su mensaje.

Me solté de Alina cuidadosamente y su sobrino se inclinó junto a ella, tuve que dirigirme hacia mi trono el cual solo tenía uno daños menores. Recordé la oleada de rabia que había sentido en medio de la batalla contra Tifón cuando percibí la presencia de otro ser sobre mi trono, tuve que calmarme enseguida cuando percibí que ese ser era mi pequeño monstruo jugando a estar en la selva con Cronos.

Apollo's Heart | Apolo ²Where stories live. Discover now