004| Advertencias

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004| Advertencias




Transcurrió julio.

Pasé los días acompañado únicamente de mi arco y flechas; apenas había pisado mi propio templo pero la visión de todo en llamas me abrumaba nada más poner un pie dentro y sabía que todo eso estaba relacionado con la dichosa mestiza a la que se me había prometido en contra de nuestra voluntad.

Suspiré. No había querido molestarla desde nuestro último encuentro en su sueño, me recordé a mi mismo que aún era demasiado joven para enfrentarlo todo de golpe. Yo tenía mis milenios de vida y me seguía costando asimilarlo.

El rayo de Zeus finalmente había sido entregado por el hijo de Poseidón y a pesar de que se sabía que Ares era el culpable, corrían rumores de que alguien había actuado más profundamente que él logrando manipularlo, alguien mucho más ancestral que nosotros los dioses. Tras oír las noticias, decidí resguardarme en mi palacio de una vez por todas, mis súbditos parecían inquietos y sabía que la ausencia de su rey los preocupaba aún más. Quise decirles que todo estaba bien, que no corríamos riesgo alguno, pero ni yo mismo estaba tan seguro.

Calíope se acercó a mi trono balanceando sus caderas y sentí un ligero escalofrío al verla que por suerte ella no notó:

— Mi señor —se inclinó mostrándome su tentador escote.

Aparté la vista enseguida.

Me pregunté si ya conocía la noticia de que el engendro de Eros era hija de Stelle Jackson a la vez. Calíope no se veía conmocionada y mucho menos disgustada, pero los rumores habían corrido como la velocidad de la luz, por supuesto que ya lo sabía.

A su vez, Theodora apareció tras ella y se reverenció respetuosamente, ganándose un rodamiento de ojos por parte de la musa. — Señor.

Levanté las ceja esperando a que alguna de las dos se atreviera a hablar primero:

Calíope quizás solo buscaba sexo y Theodora volver a quejarse de mala gestión que algunos superiores -entre ellos Ismene- estaban haciendo en el templo. Como hija de Themis, ella buscaba la justicia más que nada.

Finalmente, avanzó un paso y me sonrió cordialmente.

— Pythia pide un aumento de sueldo, señor.

Suspiré.

Llevanso mis dedos a la frente, acaricié mis cejas con paciencia. Mi humilde sacerdotisa y oráculo no dejaba de ponerme económicamente el listón alto desde las visiones de Ágape Jackson llegaban a su cabeza como balas: al parecer la chica si sería un auténtico dolor de cabeza.

Sin embargo, había castigado a Pythia anteriormente por atreverse a bajar al Campamento Mestizo y hechizar a una hija de Afrodita, la cual hipnotizada, le hizo pasar un mal trago al pequeño engendro repitiendo algo sobre "El Corazón de Cupido encerrado estará". Ni yo mismo sabía que había querido decir con eso y el porqué lo había hecho.

— Dile a Pythia que si vuelve a abrir la boca la estrangularé —respondí con frialdad—, y su piel adornará las sábanas de Alina Jackson.

Theodora se tensó pero terminó asintiendo. Dio media vuelta y antes de marcharse por las puertas doradas, le dirigió una mirada tan desagradable a la musa a su lado que no me hubiera gustado ser Calíope en esos momentos.

La hija de Themis desapareció y Calíope se acercó a mi con total libertad.

La frené antes de que pudiera sentarse en mi regazo como normalmente hacía y la musa se mantuvo parada expresando su confusión.

Apollo's Heart | Apolo ²Where stories live. Discover now