EPÍLOGO

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Sonreí por última vez a mi compañera de trabajo por el cristal mientras está emprendía su camino a casa y le di la vuelta al cartel de abierto.

Miré la estancia respirando hondo.

Respirando el olor a canela que me había encargado de poner en cada uno de los ambientadores.

Avancé hacia detrás del mostrador y me puse a contar el dinero de la caja cuando justo sonó el telefonillo.

- Arts Stottel, ¿qué desea?

- Stottel.

Se me paró el mundo.

Aquella voz.

Seis años.

Canela.

Mirlos.

Sueños.

Épocas.

- Masry... - solté en un suspiro.

Cumplió su promesa.

Volvió.

✅Aquella versión que nunca te contaron  Where stories live. Discover now