ESTO ES UN DIARIO

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Estoy muerta.

O al menos me estoy muriendo.

Me ha dicho que no.

Masry. Mi mejor amiga. La niña de las ballenas. La niña del poder de la sanación. La niña del pelo castaño. La niña de mis ojos.

Esa misma ni siquiera se digno a mirarme a los ojos mientras le decía lo mucho que la llevaba queriendo y necesitando.

No debí besarla.

Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento.

Fue mi culpa, yo la he cagado, ¿verdad?

Fue mi culpa que esta misma noche llegase a casa justo en el mismo momento que papá estrellaba una botella de licor al suelo.

Fue mi culpa cuando clavó sus ojos rojos y drogados en los míos y que me destrozase.

Hasta el punto de no ver nada más que rojo.

Estoy en el baño ahora mismo.

Mirando en el espejo mi cara deformada por los golpes y la sangre.

Y estoy llorando.

Llorando por mi. Llorando para mi. Entre mi. Y yo misma.

Llorando por las heridas.

Por mis fracasos.

Lloro por el amor.

Por mi tristeza y mi dolor.

Por la soledad y el desamor.

Lloro por humillarme por aguantar tanto.

Lloro por fallarme.

Lloro mientras sé que me voy a ir.

Esta es mi última página y mi último día junto a ti, querido diario.

Gracias por estar cuando nadie ha estado.

Gracias, querido diario.

Hasta siempre.



✅Aquella versión que nunca te contaron  Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon