UNA PEQUEÑA DRAGNEEL.

36 ¿QUE PASA NATSU, NO ME RECONOCES?

POV LUCY

A los cinco minutos exactos, salimos corriendo en dirección a aquella enorme edificación. No podía negar que estaba asustada, no por mi ni por Natsu, si no por todos los que nos acompañaban... Laxus, Wendy y Gajeel jamas se habían enfrentado a algo como Zeref, y mi magia era demasiado débil en aquel momento, como para poder teletransportar a todos de vuelta.

En cuanto entramos en aquel enorme lugar, enseguida vimos lo que los nuestros habían causado. Cuerpos sin vida en el suelo, llamas aún sin extinguir sobre alguno de ellos, unos con los huesos visiblemente fuera, la sangre de mucho esparcida por el suelo... Desde luego, un panorama que literalmente me rebolvio las tripas. Me llevé la mano a la tripa, y con la otra me tapé la boca. Estaba demasiado sensible para ver estas cosas.

-Lucy-sama... -Kaminako, como siempre, preocupada por mi, se acercó y me sacó de aquel lugar- ¿Esta bien..?

-Lucy... -esta vez fue Grandeeney quien me habló- Podemos seguir nosotros solos... -Yo tan solo negué.

-Estoy bien... Solo ha sido la impresión del momento... No debemos atrasarnos... -todos afirmaron ante mis palabras y entramos corriendo, sin mirar a un punto fijo. Todo para delante...

POV NATSU

No parábamos de correr. Las caras de Gajeel, Wendy y Laxus cada vez mostraban mas terror, y no les culpo. Una de las normas de Fairy Tail siempre fue el no matar. Pero en este caso el propio Makarov daba permiso para ello. Yo estaba acostumbrado. Mi trabajo siempre fue duro y tuve que hacer cosas así, pero ellos... Segar una vida no es fácil...

Sabia que Lisanna estaba por ahí en algún lado, podía notar su olor, había pasado tiempo, pero no me suelo olvidar de cosas así. Y no era el único que lo podía oler. Laxus y Gajeel habían captado el olor, mientras Wendy aún lo lograba reconocerlo bien. Pero no era eso lo que me preocupaba. Junto a Lisanna, había alguien que me resultaba terriblemente familiar... Un olor que todos temían, todos menos un gremio tan alocado como Fairy Tail. Zeref estaba junto a la Strauss.

POV LUCY

-Igneel, ¿Notas algo? -pregunté al dragón, parandome un poco al encontrarme frente a unas escaleras. No sabia si debía subir.

-Arriba. Están todos arriba.

Afirme con la cabeza en cuanto lo escuché, y siendo encabezados por mí, subimos al segundo piso.

Y ahí los vimos... Natsu, Laxus, Kirame, Skiadrum, Weisslogia, Gajeel y Wendy, parados frente a una puerta, hablando entre ellos. Seguramente, debatiendo si entrar o no.

-¡Natsu! -no pude evitar llamarlo. Me alivie de que esta viese bien- ¿Que hacéis aquí?

-Están tras esta puerta... -Wendy habló- Lisanna y Zeref.

-Huele a sangre.. -comentó Metalicana adelantándose a mi, que me había quedado parada al ver a todos allí.

-Entonces... Esta... -Kaminako, algo asustada, se aventuró a hablar.

-No -sentencio Gajeel- No es ella la que ha perdido tanta sangre...

-Entonces... ¿Es de Zeref? -Grandeeney, quien no había olido jamas a ninguno de los dos fue quien preguntó.

-Es de un tercero... -Y tras aquella aclaración de Natsu. Este le dio una patada a la puerta, haciendo que se abriese de par en par.

POV NATSU

Allí estaba Lisanna. Serena, tranquila, de pies junto a Zeref. Esperando a que apareciesemos. Me quede sin palabra. Tenía sujeta la mano de Lucy, quien temblaba levemente sin quitarle la mirada a la Strauss.

La albina estaba ahí, era ella, pero había cambiado demasiado... Sus ojos habían perdido el brillo totalmente. Su ropa también era diferente. Ahora llevaba unos pantalones tremendamente cortos y una camiseta corta que dejaba ver su abdomen *si, abdomen. Cuando Lucy quedó embarazada aprendí mucho del cuerpo humano*, en el una enorme cicatriz que subía hacia su pecho. En sus manos, un pequeño puñal bañado en sangre del chico que estaba tirado sin vida frente a ellos.

-¿Que pasa Natsu, no me reconoces? -La voz de Lisanna, hizo que todos diesen un paso hacia atrás, excepto Lucy y yo, que dimos un paso al frente. Estaba claro que esta vez, Zeref había encontrado la manera de que aún sufriesemos algo mas con cada rapto. Hacer que se unieran a el era la opción perfecta.