31 El REGRESO DE LOS DRAGONES

5.6K 369 12
                                    

Ahí estaban, los siete dragons en su forma humana, rodeando a una jadeante Lucy. Con su semblante temperamento, serios como ninguno, y sin reparar en los magos de Fairy Tail que los miraban como si realmente estuviesen viendo un fantasma. Como era de esperarse, a los segundos fe que aquellos siete espíritus apareciesen, Lucy se de mayo, haciendo que tanto magos como espíritus corriesen a socorrerla. Pero fue Natsu quien la cogió en brazos milésimas antes de que chocase contra el suelo.

Todos los magos seguían a Natsu a la enfermería, todos preocupados por el estado de la maga celestial. Todos salvo dos de los muchos magos del escandaloso gremio, ahora destrozado a causa de la terrible batalla, inmóviles desde que los dragones en su forma humana aparecieron. Tanto una ya crecida Wendy, como un atontado Gajeel, con el pequeño Kuro en brazos, miraban a esas personas recién aparecidas y con un olor tan familiar, sin poder creerse lo que veían.

-Abuelooooo~ -se escuchó rompiendo el silencio y sacando de sus pensamientos a los dragón slayers. Luna corría hacia los recién aparecidos. La pequeña se lanzó encima de un hombre, pelirojo, aproximadamente de unos 30 años. Alto y con los ojos de color jade oscuro. Con un chaleco que dejaba sus brazos y su bien formado cuerpo a la vista. A la cintura, una bufanda igual a la de Natsu y en el brazo derecho, el tatuaje de un dragón rojo que le ocupaba desde el hombro hasta la muñeca, donde una muñequera de cuero protegía el inicio de su mano-

-¿Luna? -prengutó extrañado el pelirojo, sujetando mejor a su nieta, y mirándola primero a ella y luego el lugar donde habían sido convocados- ¿Que haces en Fairy Tail y por que Lucy se acaba de.... -no pudo acabar-

-Vamos Igneel~ -comentó una mujer de la misma edad que al que había mencionado. Con un pelo largo y blanquecino. Llevaba un elegante vestido largo con la espalda descubierta, de color azulado, que conjuntaba con el color de sus ojos. En la espalda dejaba ver un gran dragón blanco tatuado, al igual que el pelirrojo- Si están aquí y nos han convocado sera algo importante, ¿no? -preguntó la mujer, consiguiendo así JNA afirmación por parte de la niña-

-Hey, Grandeeney -llamó un hombre alto, de la misma edad que los anteriores con el pelo tan oscuro como el carbón y ojos rubí. Vestido con un traje grisáceo que dejaba sus brazos a la vista, y una corbata de color sangre con rayas negras. En su nuca el mismo dragón que sus compañeros, pero esta vez, gris oscuro. -Mira quien esta aqui~ -rió-

Los dos magos que aun seguían atónitos por la presencia de sus padre, retrocedieron al darse por aludidos. Metalicana Redfox, había sido quien los había mencionados el gran dragón de metal convertido en un espíritu de la maga celestial ahora inconsciente en la enfermería del lugar.

-Vaya~ -musitó la dragona de viento con una sonrisa tierna y maternal- Si que has crecido... Wendy...

-¿Ves? -rió orgulloso Igneel, rompiendo el silencio que segundos antes se había creado, mientras molestaba cariñosamente a su nieta- Te dije que no era el único abuelo de los siete, Metalicana

El dragón de hierro abrió los ojos de par en par en cuanto el Dragneel hizo aquel comentario. Se acercó a Gajeel con xuidado , como si fuese a cazarlo, sigiloso como ninguno. Miró a aquel pequeño bebe que lo miraba sonriente y el también sonrió...

UNA PEQUEÑA DRAGNEEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora