UNA PEQUEÑA DRAGNEEL.

33 EL INICIO DE UNA NUEVA AVENTURA

El gremio aclaraba todas sus dudas acerca de los dragones. Hasta las preguntas mas estúpidas eran respondidas. Los espíritus del zodiaco chino que Lucy poseía también salieron para presentarse a aquel, aunque malherido, revoltoso gremio.

Las sonrisas habían vuelto a aparecer en casi todas las hadas, aunque la perdida de Lisanna no se les salia de la cabeza. Tanto el ejercito como el consejo montaron un campamento en la parte de atrás del gremio, y ahí trataban de planear el como rescatar a la Strauss.

Desdeque se enfrentaban a Zeref, el siempre se llevaba a alguien para tratar de castigar a los Dragneel. La casera de su primera casa, el camarero favorito de ambos, incluso la niñera de Luna... Todas habían sido llevadas por Zeref, con el fin de atraer los poderes de la joven pelirrosa. Ninguna había llegado a ser rescatada con vida. Siempre llegaban segundos tarde, o incluso Zeref los mataba cuando ellos estaban enfrente. Pero Lisanna era la primera maga que secuestraba. La primera que si que podría luchar contra la muerte, la primera que podría luchar por su vida. Y sin duda, la primera que lograrían salvar con vida.

Lisanna era alguien importante para Natsu. Lucy lo sabia, e incluso llegó a sentir celos cuando la Strauss volvió de Edoras. Pero era su amiga. Queria salvarla. No podía permitir que Mirajane volviese a perder de nuevo a su hermana. No ahora.

Según Natsu, Mirajane y Lucy olían similar. Cuando se lo comentó a Laxus, montaron su propia fiesta particular, el también lo había notado. Y no solo ellos dos. Wendy, Gajeel, e incluso los dragones habían olido aquel aroma tan particular en la albina. Pero no dijeron ni mu. Entre ellos comentaron sobre el tema, pero Mirajane no sabia de que hablaban, no sabia que realmente, esos largos meses de oculta relación con el Dreyar, habian llegado a dar sus frutos. Se hicieron porras sobre aquello entre los dragones y dragón slayers. Nadie se ponía de acuerdo. Niño, niña, gemelos, trillizos... Hasta quintillizos, apostó Igneel.

Pero el embarazo de Mirajane no fue el único que hizo que los hijos de dragones hablasen. A medida que los días pasaban, el embarazo de Lucy era el principal tema de conversación. Las chicas ya estaban pensando en el nombre que pondrían al bebé. Incluso Luna opinaba. Ella era la que mas emocionada estaba con todo aquello.

A la tercera semana desde la batalla contra Zeref ocurrida en el gremio, Natsu ya tenia un plan de rescate para su amiga de la infancia. Sabia como tenia que actuar. No era la primera vez que se colaba en el paradero de Zeref. Pero rezaba por que esta vez saliese bien.

El lugar al que tenian que ir no estaba lejos. Cuatro o cinco horas en tren, una o dos en dragón. Irían pocos. Los necesarios. Natsu Dragneel el primero, comandando aquella misión de rescate. Wendy Marvell y Gajeel Redfox como apoyo y rastreadores. Lucy Heartfilia, la embarazada que había obligado a su marido a llevarla, y portadora de las 31 llaves sagradas. Los dragones, como base mitológica. Y Laxus Dreyar, como novio preocupado tsunderemente por la felicidad de su chica.

La semana próxima saldrían. Ya lo estaban preparando todo. Levy se quedaría con los gemelos. Mira, con Luna. Loke, aunque quería cuidar de su sobrina no podía dejar a su dueña sin protección. El juró a Natsu que la protegeria, y así seria. Lucy le dejó a Mirajane las pastillas de su pequeña bien ordenadas. Una cada día. No era difícil. Aun así, Happy se prestó voluntario para no olvidarse de aquello, de las pastillas que podrían separar la vida de la muerte.

Y así pasaron aquellos pocos días. El lunes partirian a rescatar a la albina. Y el sol de aquel luminoso sábado empezaba a ocultarse. Pronto los magos a los que se le encomendó aquella misión pondrían rumbo a la isla de ıяʟѧ, lugar donde Zeref residía. Una isla antigua, un cementerio de dragones partícular. La morada del dragón mas temido por la humanidad durante siglos...