20 ¡¡LUCE!!

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-Mami... -La pequeña y adormilada pelirrosa se había colado en la habitación de sus padres, subiéndose a la cama y tumbándose sobre un aun dormido Natsu- Papi...

-¿Luna..? -Fue Lucy quien se levantó, ya que el profundo sueño de Natsu era difícil de romper.- ¿Qué ocurre? ¿Esta bien?

-Si..~ -La pequeña sonrió asintiendo con la cabeza- Es que...Tengo hambre~ -dijo sonriendo mientras despeinaba a su padre para tratar de despertarlo-

-Vamos, deja a tu padre, hare el desayuno... -murmuró Lucy levantándose de la cama para mirar el reloj y alertarse un poco- ¿¡Ya son las diez de la mañana?!

Lucy salió corriendo de la habitación lista para hacer el desayuno, pero lo que le esperaba en la cocina no se lo esperaba. Erza y Gray, quienes habían pasado la noche en la habitación de invitados, habían preparado el desayuno y estaban poniendo la mesa.

-Buenos días Lucy~ -Erza saludó efusivamente a Lucy con la mano- Buenos días a ti también, Luna~ -La pequeña, que estaba al lado de su madre, hizo una reverencia, provocando una carcajada de parte de Gray.-

-Si que la tenéis bien educada. Quien lo diría de la hija de Natsu -El azabache soltó una sonora carcajada, haciendo que una bola de fuego que venia del dormitorio principal chocase contra su cara-

-No te emociones tanto, hielitos, que estas en mi casa... -Natsu se acercó a su mujer y le besó la mejilla, después cogió a su pequeña en brazos y se dirigió al desayuno que ya tenían preparado, por parte de una Erza emocionada.-

Al final todos desayunaron, hablaron, rieron y pelearon, mientras que la pequeña Luna trataba de convencer a su padre para pelear. Después de todo, fuese su padre o no, siempre había sido su sueño el pelear contra el gran Salamander. Por otro lado, Lucy empezaba a encontrarse mal, estaba mareada, por lo que no siguió el juego de discusiones de sus amigos.

El día pasó rápido y para cuando querían darse cuenta Lucy ya estaba preparando todo para el viaje. Las cajas que se llevarían a Magnolia estaban todas en el jardín, y la maga celestial dibujaba un circulo mágico en el suelo. Mientras que Luna, tras las repetidas negaciones por parte de su padre, intentaba luchar contra la gran Titania, Gray acababa de cerrar del todo las cajas, y Natsu miraba algo preocupado a su mujer.

-Hey, Luce... ¿No prefieres que vayamos en tren? No tienes buena cara...

-Estoy bien, cabezota -la rubia besó la frente de su marido, y sonrió como si nada ocurriese, aun cuando sabia perfectamente que Natsu tenia razón, aquel tipo de magia necesitaba un gran poder, y la maga no estaba en muy buenas condiciones.-

Lucy no tardo mucho mas de diez minutos en acabar. Llamó a todos, entraron aquel circulo mágico. Lucy cerró los ojos, Natsu aun seguía preocupado, por lo que estaba cerca de ella por si acaso, Luna animaba a su madre con saltos y gritos junto a Happy, que ya se había despertado , mientras que Erza y Gray miraban atentos a su amiga, sin estar muy seguros de lo que estaba haciendo. Al cabo de unos minutos el aire se volcó tenso, mas pesado de lo normal. Y en un simple parpadeo estaban todos frente a la casa donde se alojaban los Dragneel.

En cuanto llegaron, Erza y Gray estaban realmente alucinados, sabían que Lucy ya no era la misma débil muchacha de hace unos años. Luna corrió a la casa acompañada de Happy y seguida de los dos magos que ayudaban con las cajas, Natsu en cambio se quedo con Lucy, quien con una respiración costosa trataba de no caerse. Cosa que no le salió muy bien. En cuanto fue a dar un paso, su cuerpo no pudo mas, la mezcla del desgaste de magia y el malestar hizo que la rubia se desmayase.

-¡Luce! -Natsu la cogió en brazos antes de que se cayese al suelo. No era la primera vez que le pasaba algo así, el desgaste mágico en una maga celestial era muy usual-

UNA PEQUEÑA DRAGNEEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora