35 BIEN, COMENZAMOS~

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El camino que tenían que recorrer hasta el destino que les aguardaba silencioso y paciente, no era mas que de unos minutos. Pero el trayecto se hizo eterno cuando las primeras gotas de la tremenda tormenta que azotaría los cielos minutos después, chocasen contra ellos. Los cinco magos y siete dragones, tuvieron que refugiarse bajo las enormes hojas de los arboles que solo crecían en aquella zona. 

-Natsu... -comentó una rubia mirando a su marido- Si nos quedamos aquí parados no llegaremos...

El pelirrosa tan solo afirmó  a las palabras de su mujer. Su objetivo era visible desde la posición en la que estaban. El Dragneel tan solo se limitó a sonreír.

-Haremos dos grupos... Primero entrara uno, luego el otro como apoyo. -todos afirmaron ante las ordenes de aquel capitán que tanto había madurado en los pocos años que llevaba fuera. Tanto Laxus como Wendy, lo miraban asombrado. Desprendía seguridad, seriedad, autoridad... Cosa que no hacia cuando de un día para otro, desapareció. Igneel y Lucy en cambio, lo miraban llenos de orgullo. El pelirrosa había cambiado para bien. Ellos lo habían visto mas seguido, en el trabajo... Con Luna... Natsu ya no era un crio, y lo demostraba en momentos como aquel- Vale. Gajeel, Laxus, Wendy, Skiadrum, Kirame, Weisslogia y yo, iremos en el primer grupo. Lucy, Igneel, Grandeeney, Metalicana y Kaminako en otro.

Todos volvieron a afirmar ante las palabras del que comandaba aquella misión de rescate. 

-Oye, Salamander -Metalicana lo llamó- ¿Sabes que ese lugar muy buenas vibraciones no desprende, verdad? -El aludido tan solo afirmó, mientras se colocaba bien la bufanda.

-No te preocupes cabeza de tuerca -burló- será entrar y salir. Nosotros entramos y al de cinco minutos, el segundo grupo. 

-Hai -una afirmación grupal, sonora y firme, resonó.

-Y Luce...

-"ten cuidado" -imitó la rubia antes si quiera de que su marido pudiese acabar- Tu también... 

Y tras un beso por parte de los Dragneel, el primer grupo salió corriendo hacia el enorme lugar al que habían tachado de destino, atravesando la enorme cortina de agua que aún caía, mientras los que se habían quedado bajo las hojas de aquel árbol los veían marchar.

Los siete se pararon frente a las enormes puertas de un oscuro y enorme edificio. Aquella isla con el nombre en idioma de dragones, era una de las mas peligrosas y desoladas islas que se podian encontrar en el mar, pero aún asi, se podian oir a los seguidores de Zeref hablar detras de aquella enorme puerta de madera, cerrada por un candado casi mas grande que la cabeza de la no tan pequeña Marvel. 

Los cinco magos y dos dragones se miraron entre ellos. Pero fue Natsu, con su eterna sonrisa infantil, quien de una potente patada envuelta en llamas, abrió el portón, llamando asi la atención de todos y cada uno de los hombres que estaban alli.

-Bien -Laxus, chocó su puño derecho contra la palma de la mano izquierda- ¿Donde esta Lisanna?

Tanto el Dragneel como el Dreyar se rodearon de sus elementos. Gajeel convirtió su brazo en un enorme tuvo de metal. La joven Wendy, hizo el aire mucho mas pesado, cosa que todos alli lo notaron. Kirame, convirtió la serpiente que tenia al cuello en una lanza casi de su estatura. Y los dragones gemelos, se desabrocharon las corbatas con unas sonrisas divertidas en sus rostros. Todo aquello, mientras los adeptos de Zeref se abalanzaban a por ellos.

Mientras todo aquello pasaba, a unos pocos metros de alli, una rubia caminaba en circulos, nerviosa, jugando con los dedos de sus manos, inquieta, siendo observada por los otros cuatro dragones.

-Vamos, Lucy-sama... -comentó Kaminako, tratando de tranquilizar a la rubia- Relajese... 

-Kaminako tiene razón, Lucy... -Esta vez fue la tranquilizadora voz de Grandeeney la que habló- Todo saldrá bien...



UNA PEQUEÑA DRAGNEEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora