14

469 54 4
                                    

Después de un mes y tras su primer tour por estados unidos, San se cansó de que Wooyoung no entendiera sus indirectas. No era precisamente disimulado. Cada vez menos. Pero Wooyoung no lo entendía o se hacía, tal vez para no romper su corazoncito en dos con el inminente rechazo.

De hecho, cuando intentaba poner nervioso a Wooyoung, este solo le decía que necesitaba un tiempo. Se encerraba en su habitación, asegurándole que no era nada personal contra él y, al salir, se encargaba de hacérselo saber con pequeño gestos compensatorios —como dejarse abrazar por minutos—.

Lo entendía y respetaría su espacio si así lo queria. Aun así le entristecía un poco.

Sabía que Wooyoung estaba teniendo problemas de celo con su lobo así que trataba no darle importancia pero... Malditas sea, si tan solo le permitiese cuidarlo.

Se sentía un poco frustrado, pero no sería egoísta ni codicioso.

No perdía la esperanza de que Wooyoung se diera cuenta de sus estúpidos coqueteos, tampoco podía pedirle que dejara de alejarlo, Wooyoung lo estaba pasando peor que él con total seguridad. Así que se limitaría a hacer lo que mejor sabía, ser su compañero y amigo.

San procuró ser más atento que de costumbre, contando que, de por sí, orbitaba al rededor del omega, acaparando su atención siempre que podía. El resto de los miembros tampoco intervenían cuando ambos se sumergían en su propio mundo. No existía persona capaz de sacarlos de su universo compartido y, era una imagen tierna después de todo. Disfrutable para quien tuviera la oportunidad de observarles y desear una relación como aquella en silencio.

Tomaron unos días de descanso tras el tour. Las redes sociales explotaron por las interacciones del Woosan, deseando que expusieran su noviazgo al mundo de una vez por todas. Y claro que San quería, si existiera ese noviazgo en primer lugar.

Ese día estaba más dudoso y sensible que de costumbre. Nada más entrar a la habitación de Wooyoung le abrazó, apoyando la frente en su hombro y descansando las manos en sus caderas, su nuevo lugar favorito.

Wooyoung se mostró algo indeciso, sin saber si apartarle y manteniendo su cuerpo tenso ante el contacto. No le echó y dejó que suspirara pesadamente contra su piel.

—Wooyoung.— llamó lastimero.

—¿Que te pasa?— afirmó el agarre en sus hombros, arrugando levemente su camiseta por el dobladillo. Mantenía su cuello descubierto alejado, como una jirafa y se curvaba sobre si mismo para mantener una distancia relativa que San no hacía más que ignorar.

—Nada.— se separó, dedicándole una sonrisa no muy sincera, pero si conciliadora.— Estás muy bonito hoy.— Como el resto dias, pensó, pero guardó las palabras para sí mismo.— ¿Te has puesto gloss? Te queda bien.

San miró sus labios, como hacía recurrentemente y Wooyoung no debió sentirse tan nervioso.

—¡Donde se supone que miras!— le apartó con una fuerza nula, casi con desgana y San se dejó hacer.— Se donde vives.— Le señaló con el índice. San pasó por alto su gesto de advertencia, reparando en su nueva manicura de uñas rosadas, que le hacían ver mucho más hermoso.

—¿Enserio?— volvió a concentrarse. Ese día se dispersaba más fácilmente que de costumbre.—¿Sabes dónde vivo?

O más bien donde vivía antes con su familia, fuera del apartamento que compartían todos.

—Bueno, no. ¡Pero podría!

San río guturalmente y Wooyoung tuvo que apoyarse sobre su escritorio para no temblar.

—¿Has venido solo a molestarme o quieres algo más?— cruzó los brazos sobre su pecho.

—¿Jugamos?— sonrió inocente.

Recesivo [Sanwoo/ Woosan]Where stories live. Discover now