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San se levantó con los músculos agarrotados. La cama que antes era tan cómoda ahora parecía un maldito saco de piedras. Se sentía igual de mal que un día de resaca.

El aroma de Wooyoung le recordó lo sucedido el día anterior como un inminente problema.

Mierda. Mierda. Mierda.

¿Wooyoung se acordaría de todo? Esperaba que sí, aunque, por otro lado, prefería que no, para ahorrarse los desprecios del omega, la bronca de Hongjoong y su posible salida del grupo. Todo por su comportamiento impulsivo y errático.

¿Estaba a tiempo de hacer las maletas e irse? Tampoco le echarían tanto de menos... Intentó convencerse.

Se levantó con el peso de sus cagadas a la espalda. Una tonelada sería más amena.

Dejó que el agua de la ducha mañanera se llevara sus pensamientos trágicos. Al inició dudó en ducharse para mantener la mayor cantidad de aroma de Wooyoung en él. Después cayó en cuenta de que era algo bastante antigénico. Tampoco era como si las feromonas pudieran borrarse con una simple ducha. Probablemente las llevaría impregnadas durante una semana entera incluso si él no lo notaba. Su encuentro había sido... bastante intenso.

Agradeció que Jongho no dijera nada al respecto al entrar por la puerta. Ignoró sí aquella noche durmió allí. No le vió al acostarse y tampoco levantarse, además ya estaba vestido con su ropa de calle.

Jongho arrugó su nariz levemente pero siguió rebuscado cosas en sus cajones.

—Buenos días.— saludó el mayor, cambiando la toalla que le cubría por la ropa que usaría ese día.

—Para ti seguro.— espetó como quien habla del tiempo.

Fue una pulla bien tirada, lo aceptaba.

—No es lo que piensas.

—¿Y que pienso?

—No se, ¿que piensas?

—Ví vuestro directo de ayer.— siguió concentrado en busca de algo hasta que pareció encontrarlo. Elevó una botellita azul en sus manos y le miró por fin.— Wooyoung se veía... jodido.

Curiosa elección de adjetivo pero sí, no se equivocaba. Esperaba que Jongho dijera algo más, más fuerte, sabiendo cómo era su bocaza sin filtros. Claro que eso solo sucedía cuando le interesaba, sinó se hacía el que no sabía. Por suerte no se molestó en fingir con San.

Jongho notó la insistencia en los ojos de San y decidió darle lo que quería porque se veía algo nervioso y desesperado.

—¿Que has hecho?

La respuesta no le interesaba en lo más mínimo pero San necesitaba un confesor.

—Nada, lo juro.

Jongho no sabía para que preguntaba si ya sabía la respuesta que le daría. Pasar por las, mínimo, tres preguntas que debía hacerle a San para que le contara algo que nisiquera le interesaba no sonaba como un plan idílico. Aún así se esforzó por ser un buen amigo. Un poco de amabilidad no le mataría, pero mucha sí.

—Nada, ajá... Desembucha, no tengo todo el día.

—¿No lo tienes?

—Yeosang me está esperando.— San le escrutó con la mirada. Creía recordar que Jongho no soportaba la presencia de Yeosang. Aunque tal vez se trataba de alucinaciones inducidas por el día de ayer.— No preguntes, yo no pienso responder.

San elevó sus hombros. Tampoco es que Jongho le contara nada de todas formas. No pudo sentirse ofendido.

Suspiró pesadamente hundiendo sus hombros.

Recesivo [Sanwoo/ Woosan]Where stories live. Discover now