18

372 44 6
                                    

— Gané...— habló San, algo apagado.

—Eso parece.— Wooyoung volvió a fingir un puchero.

San analizó su expresión un par de veces. Era realmente extraño que Wooyoung perdiera con una diferencia de casi el doble en un juego de basquetbol. Su actitud no estaba siendo la típica. No quiso darle muchas vueltas porque amaba a Wooyoung fuera como fuera, pero había algo en el fondo de la cuestión que se le atragantó desde el primer segundo.

Está vez no vitoreó, a diferencia de la enterior.

—Eso es bueno, supongo.

—Sí, eres muy bueno San.— se sintió como el halagó más irreal que recibió jamás, casi como una burla involuntaria.

Lo pasó por alto. Seguía siendo Wooyoung, su destinado, ignoraría su actitud algo diferente si eso implicaba verle feliz.

—¿Que quieres hacer ahora?— preguntó Wooyoung.

—¿Que quieres hacer tú?

Wooyoung no supo por qué le sorprendió tanto su pregunta. Tal vez por las antiguas ruinas de sus relaciones pasadas, donde los alfas siempre decidían que debía hacer.

Wooyoung nunca se dejó arrastrar conscientemente. Era casi irónico mirarse ahora.

—Elige tú.

San lo pensó unos instantes, sus ganas empezando a desvanecerse. Entonces reparó en la zona izquierda del lugar, una pista de bolos.

—¿Bolos?

—Bolos.

Wooyoung sonrió brillantemente, y San se obligó a borrar las ideas paranoicas de su cabeza. Volvió a agarrar su mano para guierle hasta la recepción.

A la hora de pagar, Wooyoung se empeñó en invitar. Trató de detenerlo pero no cedió hasta que aceptó.

Una vez alquilaron sus zapatos y ya en la pista, se los colocaron. Wooyoung estaba tardando más que de costumbre y San no entendió porque.

Acortó la pequeña distancia que les separaba en el sofá.

—¿Todo bien Wooyoung?

—No puedo.— se quejó señalando el zapato.

San lo observó sin entender demasiado. Era una talla adecuada y solo tenía un velcro para abrochar. No comprendía la dificultad de Wooyoung.

—¿Me ayudas?

San frunció el ceño y arrugó la nariz. Wooyoung supuso que no se debía a nada bueno y quiso saber donde había fallado. Creía haber expresado su sensual coqueteo con cada parte de su cuerpo. Definitivamente esa mierda de consejos que le dió Yeonjun no estaban funcionando. San ya no se veía contento. Se estaba dejando los cayos para que él le mirara tan... Distante.

Por su lado, San entendió que algo pasaba. Amaba a Wooyoung sin importar como fuera, siempre que fuera él, y ese no era Wooyoung. Le aterró no atisbar ni un poco de su esencia.

—Wooyoung, ¿Que ocurre?— su expresión se hundió en preocupación.

—¿Que ocurre?— Repitió.

Se sorprendió genuinamente, por primera vez en toda la cita.

—Estás actuando raro.

—¿Raro?— repitió reuniendo paciencia.

Estaba haciendo todo esto por él y le acababa de llamar raro. Lo era, era jodidamente extraño en sus facetas, pero se estaba esforzando y le golpearía si seguía humillándole de esa forma.

Recesivo [Sanwoo/ Woosan]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon