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Wooyoung era un poco pasota desde siempre. Aunque de joven se trataba de inexperiencia e ignorancia, cuanto más conocía el mundo, menos quería saber.

No sabría decir exactamente en que momento desarrolló ese desdén por el mundo. Lo peor, todavía lo seguía viendo hermoso, en el fondo, pero, habían pocas cosas que sacaran a relucir sus encantos. Una de ellas era la danza.

Cuando bailaba se olvidaba de todo, lo bueno y lo malo. En su mente quedaba un espacio en blanco listo para llenar con nuevas ideas. Le brindaba la oportunidad de empezar de cero por un instante, reiniciando todo aquello que creía saber.

Por eso, el día siguiente a que San se presentara en su habitación para intentar romper una pequeña parte de su coraza, ensayó mas fuerte que todos.

Se despertó entre cómodos algodones, igual que se había dormido y allí actuó la vergüenza de haber aspirado el haroma de San como lo haría un omega estúpido.

Desde luego que era cosa del Wooyoung del futuro... ahora se arrepentía de no haberse frenado antes.

Se dió una ducha para olvidar todo, que en realidad no ayudó en nada. Tampoco sabía porque la tomaba si, después del ensayo, volvería a tomar otra. El ahorro tampoco era una de sus cualidades. Al menos era limpio.

Llegó a la sala de ensayos un poco tarde, no lo suficiente como para ser regañado, pero allí ya estaban todos.

Saludó con un gesto de mano y se sentó a su lado, a una relativa distancia que le permitiese reaccionar en caso de lucha/huida. Tampoco tenía muchas ganas de pelear aquel día, estaba más centrado en acabar la práctica hasta quedar como una pasa arrugada, sin gota de sudor en el cuerpo.

Los chicos se exaltaron en silencio al poder oler su aroma. No dijeron nada para no arruinar la paz que el omega parecía estar sintiendo. Desprendía un leve olor a cafe con leche, no tan amargo como pudieron dislumbrar otras veces y un poco más intenso.

Hongjoong miró a San con una sonrisa, sea lo que fuere que hizo el día anterior, estaba funcionando. San se limitó a elevar los hombros y esconder un poco la cabeza, los halagos le ponían nervioso.

La práctica continuó con éxito. Todos pusieron su mayor esfuerzo para sacarla adelante. Tendrían algún que otro stage y después viajarían a Los Ángeles para entrenarse con los mejores profesores de la ciudad. Sin duda era un paso que ninguno esperaba dar tan pronto, pero KQ se convenció de que la mejor manera de tener éxito era formando buenos bailarines desde el primer momento.

Wooyoung mentiría si dijera que no estaba ilusionado con pisar la prestigiosa academia Millenium Dance Complex. Sabía de varios bailarines de renombre que trabajaban allí y deseaba dejar la mejor primera impresión.

Por eso y para despejar sus pensamientos de cualquier otro cosa que no fuera su vida de Idol, práctico dos horas más que el resto.

Los mánagers, el Staff, incluso Hongjoong y San, le advirtieron que no se sobre exigirá mucho, a lo que hizo caso omiso, contestando con un par de gruñidos a los últimos.

Llegó al departamento casi a la hora de la cena, con el sudor incrustado en sus huesos, deseoso de meterse en la ducha. Apenas saludó cuando entró y se dirigió a su habitación con un petardo en el culo.

Tarareó una canción opacada por el sonido del agua chorreante. Se sentía exhausto y, al mismo tiempo, mejor que nunca: su cuerpo adolorido no le dejaba pensar más allá de las molestias musculares.

Salió de la ducha con su toalla en la cadera. Con otra secaba sus cabellos desordenados y algo rizados. Odiaba la maraña que implicaba su cabello, le costaba ponerlo en orden, cosa que solo sus estilistas conseguían hacer como si fuera la tarea más sencilla.

Recesivo [Sanwoo/ Woosan]Where stories live. Discover now